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¿Por qué las motos están relacionadas con ser ‘chaka’ o delincuente en México?

Superiberia

Agencia

Nacional.- En México, las motocicletas han pasado de ser un simple medio de transporte a un símbolo controversial asociado con la cultura “chaka”. Este fenómeno no es casualidad, sino el resultado de una combinación de factores sociales, económicos y culturales que han moldeado esta percepción en el imaginario colectivo.

Las motos, especialmente las de baja cilindrada, son accesibles y prácticas en un país donde la movilidad es un desafío constante. Su capacidad para desplazarse rápidamente por calles estrechas y congestionadas las convierte en una opción popular para muchos trabajadores. Sin embargo, esta misma característica ha sido explotada por delincuentes que las utilizan para cometer robos, asaltos y otras actividades ilícitas, escapando con facilidad del alcance de las autoridades.

El término “chaka”, que en el argot popular mexicano se refiere a personas que exhiben comportamientos o estilos de vida asociados con la marginalidad y la violencia, ha encontrado en las motos un símbolo. En muchas comunidades, ser “chaka” se relaciona con una estética y actitud que incluye el uso de motocicletas, la ropa ostentosa, y la música con letras explícitas que glorifican el crimen. Esta conexión ha reforzado la idea de que quien usa una moto, especialmente bajo estas características, puede estar involucrado en actividades delictivas.

Los medios de comunicación también han jugado un papel crucial en perpetuar esta imagen. Informes sensacionalistas y programas de televisión han mostrado repetidamente a criminales huyendo en motos, lo que ha solidificado la asociación en la mente del público. Además, las redes sociales han amplificado estas representaciones, con videos virales que muestran actos delictivos cometidos por motociclistas.

La realidad es que la mayoría de los motociclistas en México son ciudadanos que utilizan este medio de transporte para ganarse la vida o simplemente para moverse por la ciudad. Sin embargo, la percepción negativa persiste, lo que ha llevado a estigmatizar a una parte significativa de la población. En algunas zonas, esto ha resultado en una vigilancia excesiva por parte de la policía, generando tensiones entre la comunidad.

Para cambiar esta percepción, es necesario un enfoque integral que incluya la regulación adecuada del uso de motocicletas, campañas de concienciación que desmitifican el vínculo entre motos y delincuencia, y una representación mediática más equilibrada. De lo contrario, la imagen del motociclista como sinónimo de “chaka” o delincuente seguirá permeando en la sociedad mexicana, alimentando prejuicios y divisiones innecesarias.

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