Orizaba.– En la región de Orizaba, de las siete fábricas textileras que algunas vez existieron no queda ninguna, denotando que la industria textil se encuentra en su mínima expresión en México, aseguró el secretario general del Sindicato Nacional Unidad Democrática de la Industria Textil y Confecciones Similares de la República Mexicana, Mario Martínez Déctor.
Detalló que hace varias décadas la zona contaba con las siete hermanas, es decir: Compañía Industrial Veracruzana, Sociedad Anónima (Civsa), Mira Fuentes, San Lorenzo, Santa Gertrudis, Cocolapan y Cerritos, “y ninguna está abierta, así estamos a nivel nacional”.
“En la Confederación Regional Obrera Mexicana en donde yo me inicié, la fuerza principal era la textil y ahora son los servicios como hotelería y gastronomía, las cosas han cambiado porque acuérdense que la economía se inicia en el campo, pasa a la industria y después a los servicios, es decir, estamos en la tercera etapa de lo que plantean los economistas”, manifestó.
Mencionó que ahora solo se cuenta con una: Coats de Veracruz, S.A. de C.V., ubicada en el Valle de Orizaba, la cual aún conserva el contrato, con lo que recordó que es “una empresa transnacional y que tiene presencia en más de 60 países, y con una calidad excelente”.
Indicó que lamentablemente y a pesar de que se puede decir que no ha desaparecido la industria textil, lo cierto es que ya no es lo mismo como en la época porfirista y que a pesar del descontento justificado de los obreros, campesinos, artesanos y jornaleros, lo cierto es que el panorama ya no es igual de cuando se vivió el auge de la misma.
Expresó que ha influido la falta de formación y compromiso como consumidores y empresarios por lo hecho en México, pues a diferencia de Japón, por la pobreza tal vez, la gente prefiere comprarse prendas de 100 pesos de origen extranjero, que consumir lo hecho en el País con un valor de 500 pesos.
“Ahorita lo están promoviendo y sería sensacionalmente bueno que se lograra asentar y que se quedara, por ejemplo en Japón el producto nacional con un 10 por ciento más caro lo compran para conservar y mantener la industria, y nosotros no”, concluyó.