AGENCIA
Nacional.- El cambio de ruta de un tren de carga en el estado de Sonora podría generar un conflicto entre Estados Unidos y México, elevando la disputa hasta la Casa Blanca y Palacio Nacional. El proyecto de reubicación de las vías férreas que atravesarían Imuris, amenaza con convertirse en un tema de discusión dentro de la Comisión de Cooperación Ambiental (CCA), entidad creada bajo el T-MEC para resolver controversias.
La reubicación de las vías férreas, con un trazo de 63 kilómetros, se prevé que fragmente el corredor biológico del jaguar, una especie migratoria en peligro de extinción compartida por ambos países. La situación ha despertado la preocupación de defensores ambientales y podría llegar a la CCA mediante una petición ciudadana presentada por el Centro para la Diversidad Biológica (CDB) con sede en Arizona, Estados Unidos.
Alejandro Olivera, representante en México del CDB, explicó que, al igual que en casos anteriores relacionados con la vaquita marina y las tortugas caguama, están considerando solicitar la intervención de la CCA para proteger al jaguar. Esta especie binacional se ve amenazada por el proyecto de tren que afectaría su corredor biológico.
El jaguar, como depredador tope, juega un papel crucial en el equilibrio de los ecosistemas en la región, particularmente en áreas como las Islas del Cielo, el corredor natural Sierra Azul-El Pinito y las montañas de Huachuca, Patagonia y Pajarito en Arizona.
Mirna Manteca, codirectora del Programa Noroeste de México en Wildlands Network, destacó la importancia del jaguar en la conservación del ecosistema, y señaló que el tren de Imuris crearía otra barrera y obstáculo para la vida silvestre, afectando aún más la conectividad de los jaguares.
En el emblemático rancho El Aribabi, que se encuentra en la ruta propuesta del tren, se localiza la primera Área Destinada Voluntariamente a la Conservación (ADVC) de Sonora. Este rancho, conocido como refugio y santuario del jaguar norteño, registra una diversidad significativa de flora y fauna, incluyendo especies protegidas como el oso negro, ocelote y monstruo de Gila.
A pesar de la falta de Proyecto Ejecutivo, autorización de Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), cambio de uso de suelo y consulta informada a las comunidades, se han iniciado trabajos en ocho frentes de obra en ejidos cercanos a Nogales. La falta de documentos y transparencia ha generado frustración entre los defensores ambientales y las comunidades afectadas, que denuncian la falta de claridad y participación ciudadana en el proyecto del llamado “tren fantasma”. Además de los impactos a la vida silvestre, el tren de Imuris amenaza con despojar a familias de su patrimonio y poner en riesgo fuentes de agua cruciales en una zona semidesértica.