Orizaba.- En la indefensión las y los trabajadores sexuales, los ediles no hacen nada para defenderlos de los atropellos de los elementos de la Policía municipal y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), resulta ser un “curita” al realizar su trabajo.
Desafortunadamente no hay confianza del papel que realiza la CNDH para defender a dicho sector, primero por la lentitud de sus procesos, “es como un curita más que nada, peor es ir al Ayuntamiento porque el síndico Enrique Hernández Olivares y la Carabina de Ambrosio son exactamente lo mismo, y la comisión de ediles es muy a modo del presidente, son sus súbditos y no van a alzar la voz”, indicó el integrante del Colectivo Feminista Cihuatlahtolli, AC, Jairo Guarneros Sosa.
Desde el momento en el que no se reconoce su actividad laboral ya hay una violación a sus derechos, sin embargo, las más graves van desde el hostigamiento de la autoridad, la forma en que se dirigen a ellas o ellos, esto mediante insultos verbales, hasta el que los obliguen a pagar aranceles sin un propósito bien definido. Pesa más la palabra de una persona alcoholizada cuando las señala de robo de cartera o dinero, esto en el momento en que son acusadas con los elementos de la Policía, porque “sin más investigación o una mayor averiguación a la que ponen a disposición es a la trabajadora sexual y a la otra persona no le hacen absolutamente nada”, enfatizó.