Córdoba.- Las empresas destinadas al préstamo de créditos se aprovechan de la poca información y necesidad que prevalece en la población. Les aseguran préstamos rápidos con solicitud de pocos requisitos y terminan pagando el doble de lo que reciben.
Este tipo de artimañas que utilizan se vale principalmente de la difusión de pocos requisitos para que el interesado observe una opción fácil y rápida de poder obtener efectivo al momento, sin embargo, la finalidad es “enganchar” al cliente y “ahorcarlo” con paguitos a corto plazo que al final generan una deuda doble.
Así se endeudó Eloísa. Un día llegaron hasta su casa unos promotores de Solidar, quienes le ofrecieron un crédito. Desde entonces nunca ha vuelto a ver a ningún empleado de la empresa. Los pagos semanales los realiza a una cuenta en Bansefi o en tiendas de conveniencia.
Como esta institución, así operan otras en las que hay poca claridad.
Ricardo acudió acompañado de un reportero de EL BUEN TONO a ConCrédito, una financiera donde adeuda 3 mil pesos. Al solicitar conocer el monto de su deuda para pagarla en ese instante, un empleado de caja le negó el dato y le pidió que acudiera con su promotora, quien “tiene la aplicación en su celular y le va a decir cuánto debe”, le dijo, no sin antes consultarlo con un superior.
A la fecha, tanto Ricardo como Eloísa han pagado lo correspondiente al capital de los préstamos que recibieron, liquidando un monto superior al 20 por ciento de intereses y aún así siguen endeudados.
Aunque en la Ley la CNBV es la institución gubernamental encargada de evitar los abusos de las instituciones bancarias, de ahorro y préstamo, en la práctica existen muchos abusos.
Incluso ponen en riesgo su misma viabilidad, pues otorgan préstamos a diestra y siniestra a todo aquél que lo solicite, sin consultar el Buró de Crédito o verificando que el solicitante sea solvente.
A la larga, estas empresas provocan que muchas familias pierdan su patrimonio al no poder solventar los altísimos intereses.
Esta situación provoca no sólo problemas económicos a las personas, sino conflictos dentro de sus familias, pues las deudas se vuelven impagables y causan estrés, violencia entre los integrantes del hogar y otros desórdenes emocionales.
Ayer, Ricardo y Eloísa amanecieron contentos porque fue día de quincena y cobraron sus sueldos, sin embargo, saben que su panorama es sombrío, pues la mayoría de sus ingresos irán a parar a los bolsillos de las financieras.
