Córdoba.- Tras superar el martirio por la necesidad y urgencia en obtener recursos económicos para costear la intervención quirúrgica de Ezequías, a quien apenas el pasado 2 de marzo le fue colocada una válvula cerebral para el drenado del agua acumulada en su cabeza debido a que nació con hidrocefalía, la lucha continúa, los ingresos de Alejandra y Julián, sus padres, no les permiten costear sus medicinas.
A penas ayer, Alejandra preparó su cubeta roja con gelatinas de doble sabor para salir a la calle y obtener recursos con su venta, pues el pequeño ya no tenía los fármacos recetados para continuar con el tratamiento necesario del control post operatorio, afirma que corre el riesgo de que ante suspensión sufra de convulsiones.
Cuando recién abandonaba el Hospital General Córdoba, donde fue intervenido, el pequeño de apenas un año presentó un cuadro gripal, mismo que ya fue atendido, aunque Alejandra asegura “esta chillonsito”, insiste “esta mejorando”.
NO LO QUIERO DEJAR
Tras 20 días de post operación, Ezequías requiere el suministro de fenitoina y aceltalzolamida, mismos que hasta ayer habría ingerido sus últimas dosis, esta situación obligó a Alejandra a salir a la calle a vender sus gelatinas.
“A penas llevó 50 pesos de venta y la medicina me cuesta 140, lo que tenemos miedo mi marido y yo es que se llegue a tapar la válvula, porque si no lo van a tener que volver a operar. Ya tiene otra cita para el 6 de abril pero hay que hacerle un estudio que la última vez nos salió en mil pesos”.
En esta semana, su esposo Julián sólo trabajará tres días, lo que significa que de los 900 pesos semanales que recibe por pago a sus servicios de albañil en una obra en Fortín de las Flores, sólo obtendrá 300 pesos, mismos que no son suficientes para los gastos familiares, pues además hay que alimentar a los otros cuatro hermanos de Ezequías; Julián de 10 años, María Guadalupe de ocho, Evelin de cinco y el mayor, Orlando de 14 años, quien además ha asumido la responsabilidad de cuidarlos y atenderlos mientras sus padres salen a buscar dinero para sus gastos.
“Vengo hasta llorando en la calle porque no se cómo voy a tener el dinero para las medicinas, la verdad es que no quería dejarlo, a cada rato estoy llamando a mi otro hijo que lo cuida para saber cómo está, yo le dije que no haga otra cosa más que cuidarlo” dijo afligida la madre de Ezequías.
Aunado a la cirugía a la que fue sometido, especialistas han comentado que Ezequías puede requerir terapia de apoyo para desarrollar sus habilidades motoras, llevarlo hasta el CRIO en Orizaba no es una alternativa, dice Alejandra y menos ahora que su casera les anunció el incremento en el pago.
