De la Zona.- Foco de infecciones, enfermedades transmitidas por moscos, mal aspecto y daños al ecosistema son algunas de las flagelaciones por las cuales habitantes de los municipios de Naranjal, Ama-tlán de los Reyes, Coetzala y Cuichapa tienen que pasar al ser vecinos del río Blanco, considerado en el 2013 el cuarto caudal más contaminado a nivel nacional.
A decir de pobladores de Coetzala, el agua turbia que pasa por su municipio cada vez es más negra, además de que en época de calor despide olores fétidos tanto de excremento vertido de todos los asentamientos, así como de las fábricas, otra factor los cadáveres tirados en este afluente que se descomponen en las aguas.
En el río se puede apreciar un pequeño puente en donde solo cabe un vehículo; es la “primera atracción turística” que pueden apreciar quienes visitan el municipio.
lleva mucha basura
“Pues el agua cada vez está más cochina, trae todo tipo de basura; el otro día arrastraba un sillón, incluso por aquí pasan los muertos”, indicó don Lucas Hernández González, vecino de la comunidad de Coetzala, quien además exige a las autoridades de su municipio, encabezadas por Dolores Álvaro Zepahua Reyes, a que hagan algo por el río.
En el municipio de Naranjal, las autoridades municipales que dirige Francisco Tepepa Miranda, se hacen los occisos en este caso, pues al irlos a buscar no estuvieron para que su punto de vista fuera expuesto; sin embargo, los vecinos de lugar comentaron que sus abuelos les contaban que las aguas del río Blanco eran cristalinas y que sus corrientes llevaban consigo peces de diversos
tamaños y colores.
QUE INTERVENGA
LA Semarnat
En el municipio de Amatlán, ambientalistas indicaron que el cuerpo de agua está siendo victimado por empresas que continúan con el proyecto de la Hidroeléctrica el Naranjal, un grupo de estos activistas y campesinos denunciaron la tala de árboles y el uso de maquinaria pesada, por lo que piden apoyo de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), para que los ríos Blanco y Atoyac, sean dejados en paz y se comience la trata de las aguas del primer caudal mencionado.
En Cuichapa, los habitantes acusaron a la subestación de Petróleos Mexicanos (Pemex), localizada en la congregación de Zapoapita, ser responsable de un derrame de gasolina, ocurrido el año pasado, la cual fue vertida en el río provocando fuertes olores.
Ante esta situación todos los habitantes de estos municipios concordaron que las autoridades municipales, estatales y federales, tienen que hacer algo para el rescate de ese ecosistema que ha sido flagelado por la mano del hombre, que aún no recibe su castigo.
Raúl RodrÌguez
El Buen Tono