Washington.- Representantes de 400 organizaciones se dieron cita ayer miércoles en el Congreso para solicitar al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que suspenda inmediatamente las deportaciones de inmigrantes sin papeles.
“Es importante que paren las deportaciones. ¿Por qué no nos dan una tregua? Somos muchos los que seríamos protegidos y evitaría la separación de muchas familias”, dijo Oscar Alfaro, un hondureño padre de dos hijas y residente en Maryland que enfrenta una orden de deportación.
A espaldas de Alfaro permanecían decenas de jóvenes vestidos con toga y birrete para simbolizar los deseos de inmigrantes sin papeles de legalizar su estatus para culminar estudios universitarios.
La Casa Blanca ha reiterado que una reforma legislativa es la única solución, porque el gobierno federal está obligado a cumplir las leyes vigentes, y como un paliativo ha intentado limitar las deportaciones a criminales.
En 2012, la administración de Obama suspendió las deportaciones a algunos inmigrantes menores de 30 años que reúnan ciertos requisitos, conocidos como “dreamers”.
El proyecto de ley que debate el Senado busca condicionar el reforzamiento de la seguridad fronteriza a la naturalización de los 11 millones de inmigrantes sin papeles que no tengan prontuario policial, que paguen multas por 2 mil dólares y que pasen 10 años con un estatus provisional que les permita trabajar y viajar al extranjero.
Pero activistas y algunos legisladores demócratas, como el representante por Illinois, Luis Gutiérrez, consideran que el promedio actual de mil 100 deportaciones diarias afecta a la comunidad hispana de manera desproporcionada.
El gobierno de Obama ha deportado un promedio anual sin precedentes de 400 mil personas.
Agencias