De cara al arranque del Año de la Juventud, el obispo de la Diócesis de Córdoba, Eduardo Patiño Leal, consideró necesario que todos los sectores se unan para mejorar las condiciones de vida de los jóvenes y combatir el “talón de Aquiles” que generan los ninis. Hace falta ayudarlos a discernir su propia vocación para evitar sean presa fácil de las drogas o la delincuencia.
La próxima semana será el arranque de las actividades religiosas enfocadas a los jóvenes, sin embargo, se requiere contar con la participación también de la población adulta, quienes deben contribuir a que los jóvenes tengan los espacios necesarios para encontrar su destino en la vida como agentes de cambio y protagonistas de obras sociales.
A lo largo de este año, explicó que se pretende motivar a toda la sociedad y feligresía en general para que se sumen en oración por los jóvenes y con ello, impulsen a la reflexión y se sumen a crearlos más cercanos a Jesús, así como el desarrollo de una juventud más alegre y sana.
“Muchas veces se dice que son la esperanza del País, pero el Papa Francisco ha insistido que más que la esperanza del futuro, son del presente, porque ya como jóvenes hacen mucho y tienen mucho que decir. Por eso nos toca escucharlos como iglesias, familias y sociedad”, dijo.
En ese sentido, señaló que aunque es un tiempo a nivel de la fe católica, el apoyo para los jóvenes siempre es necesario por toda la sociedad, donde al Gobierno le toca hacer lo propio, así como a las entidades que promueven el deporte, superación y cultura.
Insistió que aunque hay temas como los casos de chicos ninis, quienes siempre serán el “talón de Aquiles”, hay que trabajar para ayudarlos a enfocar su mente y su tiempo en un trabajo o estudios que los preparen para un futuro, evitando que sean presas fáciles de las drogas y cuestiones negativas que los dañen.
La próxima semana se espera la visita de diversos grupos de la juventud de cada uno de los Decanatos de la Diócesis de Córdoba y con ello iniciarán los trabajos relacionados al Año de la Juventud.