Orizaba.- “Hasta nuestros días, se hace la discriminación hacia las personas enfermas; en tiempo de Jesús fue la lepra y hoy ocurre con los enfermos de VIH y Sida, de ahí que se debe reflexionar sobre nuestro proceder como cristianos, ya que además se recurre a la estigmatización de las personas, siendo un ejemplo claro aquellos exconvictos, quienes también sufren de ser relegados y se les dificulta la reinserción a la sociedad”.
El vocero de la Diócesis de Orizaba, Helkyn Enríquez Báez, apuntó que en el evangelio dominical, las realidades se asemejan en el sentido de que a los leprosos se les rechazaba y ahora no dista mucho el hecho, “hoy en día se les estigma a ciertas gentes, enfermedades o circunstancias, por la cual incluso cristianos alejan, marginan o relegan a algunas personas; el Señor Jesús entonces nos está recordando que la actitud cristiana no es relegar, no es marginar, sino integrar”.
Dijo que es importante acudir a las periferias sociales, es decir, a las personas que se sienten lejos de Dios, para que nuevamente sientan la misericordia. Recordó que la marginación siempre será una actitud negativa, aunque está la distinción que es la contraparte y que al bautizarse cada persona está llamada a la santidad, pero son pocos los que deciden responder y aceptar, a lo cual comentó que el llamado para la vida cristiana es para todos, pero si alguno quiere llevar un tipo de vida distinta o tiene otra opción, está en libertad de hacerlo.
Abundó que en la realidad que se vive actualmente, es muy fácil estigmatizar a las personas, sobre todo cuando se hace el uso de las redes sociales, cuando con un sólo botón se puede hacer señalamientos hacia una persona, destacando que si bien es cierto una actitud sensata sería hablar de presuntos culpables, a través de estos medios se les criminaliza para siempre.
Enríquez Báez destacó que por prejuicio las enfermedades llegan a ocupar un lugar en este apartado, siendo el caso concreto de las personas con VIH o con Sida y por ignorancia se practica este rechazo hacia estas personas, eso incluye a la sociedad misma que toma estas actitudes o bien aquellas personas que tuvieron otro tipo de vida y con la ayuda de Jesús se convirtieron, pero son señalados por las personas que conocen su pasado, lo cual no es correcto, algo recurrente son los presos.
Pastoral penitenciaria
A propósito del tema de la marginación que sufren los presos, anunció que se habrá de conformar la Pastoral Penitenciaria, en donde se pretende que haya un promedio de dos participantes de cada parroquia y rectorías que conforman la Diócesis de Orizaba.
“En estos días se ha reunido el señor Obispo con un grupo de laicos, para conformar la Pastoral Penitenciaria que tiene entre otras acciones no sólo visitar a reos en la misma cárcel en Zongolica o en el mismo penal de La Toma, en Amatlán, sino establecer medidas de reinserción social”, señaló.
El objetivo —dijo— es darle seguimiento a su reinserción en la sociedad, para quizá crear estructuras que les permitan aherirse a la fuerza laboral, ya que si a una persona sin antecedentes penales le cuesta encontrar un trabajo, cuanto más a una persona exconvicta, siendo una acción que se debe reforzar en el marco del cierre del Año de la Misericordia, en donde habrá de consolidarse esta pastoral, lo cual se llevará a cabo el 21 de noviembre, en el marco de la Fiesta de Cristo Rey.
De manteles largos
El Obispo de la Diócesis de Orizaba, Eduardo Cervantes Merino, en el marco del evangelio, hizo un llamado a la población a ser agradecido con Dios y buscar la fortaleza necesaria para limpiar lepras o pecados que hay en la familia y la sociedad, dado que en la medida que se pongan en la práctica las enseñanzas de Dios, se podrá hacer un mundo mejor; los fieles, por su parte, en medio de aplausos y abrazos, lo felicitaron al conmemorar su
onomástico.
