AGENCIA
Sinaloa.- A pesar de la prohibición para que niños, niñas y mujeres embarazadas trabajen en los campos hortícolas, en municipios como Guasave, Sinaloa, esta práctica persiste debido a diversos factores sociales y logísticos que no han podido ser resueltos completamente.
Uno de los principales problemas es la falta de alternativas efectivas para que los jornaleros, muchos de ellos provenientes de otros estados, puedan dejar a sus hijos mientras trabajan. Aunque el gobierno ha habilitado guarderías y albergues, los horarios de estos centros no son compatibles con las extensas jornadas laborales en el campo, lo que obliga a muchas familias a llevar a los menores con ellos.
Por otro lado, líderes del transporte de personal reconocen que algunos choferes están ignorando la normativa y permitiendo el traslado de mujeres embarazadas y menores hacia los campos. Este problema quedó en evidencia la semana pasada, cuando una jornalera dio a luz en medio de los surcos, un hecho alarmante que subraya los riesgos y las precarias condiciones que enfrentan los trabajadores agrícolas.
Las autoridades y organizaciones sociales señalan la necesidad urgente de implementar medidas más eficaces para garantizar la seguridad y el bienestar de los jornaleros, especialmente de los grupos vulnerables, y para hacer cumplir la legislación vigente en materia laboral.
