Mariano Escobedo.- Con 30 pesos al día, cuando mejor les va, dijo don Mario Salas, es como sobrevive una familia de tres integrantes en esta localidad.
El camino a Tepoxtlán, en donde las calles aún son de tierra y piedra, a los lados las familias habitan en casas de madera y el entretenimiento de los niños son las “maquinitas de videojuegos”.
Don Mario, con sombrero de palma, un machete atado a su cinturón, botas de plástico y un semblante de preocupación, dice: “las condiciones aquí son críticas, tortillas y frijoles es lo que comemos cuando bien nos va, pero para salir no tenemos ni un quinto”.
La labor más importante en esta zona, es el follaje, sin embargo, no todos cuentan con el poder adquisitivo para invertir e implementar un negocio de esta calidad, por lo que se dedican a apoyar en tareas o faenas que les permite ganar al menos 30 pesos por día.
A la edad de 74 años, Don Mario sale a trabajar desde muy temprana hora para encontrar quién le brinde trabajo para tener qué comer con su familia.
Acalorado, debido a la temperatura de casi 28 grados en aquella zona de las Altas Montañas, indicó que entre los problemas a los que se enfrentan frecuentemente, es la falta del recurso económico que les permita una alimentación adecuada, por lo que en ocasiones deben consumir de lo que ellos siembran en traspatios.
De la salud, dijo que por algunos programas pueden acceder a servicios que atiendan sus enfermedades, pero de primer cuadro, con lo cual reciben medicamentos genéricos, “porque nosotros no podemos tener medicamento de patente, eso es para los ricos, pero aunque sea tenemos algo y nos medio quitan los malestares”.