De la Redacción
El Buen Tono
Región.- En un claro caso de abuso de autoridad, elementos de la Policía Estatal marcaron el alto al vehículo en el que viajaba el empresario José Abella sin motivo alguno, pretextando estar en “código rojo”, obviamente no obedeció esta orden ilegal de detenerse y los mandó “al diablo”.
A pesar de no tener razones legales para intervenir, los oficiales lo persiguieron durante varias cuadras hasta que llegó a las instalaciones del periódico El Buen Tono, a donde logró ingresar. Desde la banqueta, los motopatrulleros lo retaron a salir.
La actuación de los policías no sólo careció de fundamentos, sino que violó el Artículo 16 de la Constitución, que protege a los ciudadanos contra intervenciones arbitrarias sin orden judicial.
Las llamadas revisiones de “rutina”, utilizadas como excusa frecuente, son ilegales y reflejan un preocupante patrón de abuso por parte de las autoridades.
Mientras que en países como Estados Unidos la policía busca generar confianza mediante protocolos claros y respetuosos de los derechos humanos, en México los cuerpos policiales han logrado lo contrario: infundir asco y rechazo a los policías corruptos extorsionadores.