Pasaban las 10:00 am del viernes 8 de agosto, y los habitantes de Santiago Tuxtla veían con asombro como una icónica casa colonial se consumía en llamas en pleno centro de la ciudad.
De inmediato, la dueña de la vivienda y lugareños solicitaron el apoyo de Protección Civil municipal para sosegar el fuego.
Ellos si llegaron, pero tristemente arribaron como soldados sin fusil.
Los 4 empleados de protección civil, ayudados por policías pretendían amainar este incendio con cubetas de aguas.
Penosamente los integrantes del ayuntamiento causaron asombro, enojo y hasta burlas entre los presentes.
Mientras esto pasaba, la alcaldesa Claudia Acompa Islas y su esposo el ex munícipe Raúl Sosa González descansaban en la ciudad de México, su tierra natal, y desde allí se enteraron de la noticia y la quisieron ocultar.
¿La razón? Con más de 3 años y medio en el ejercicio de la plenitud del pinche poder, ni Raúl cuando fue alcalde y ahora su cónyuge como presidenta, han tenido la minúscula idea de robustecer la endeble seguridad de su pueblo.
Eso sí, cuando duermen en Santiago, la inverosímil pareja lo hacen vigilados por decenas de gendarmes.
Claro, también se vigilan diariamente las otras casas chicas del siempre travieso ex edil.
Pero en fin, eran ya las 12:00 del día y el incendio estaba devorando todo.
Incluso los bomberos de San Andrés Tuxtla se disponían para el auxilio, pero desde el teléfono de presidencia les llamaron para decirles que todo estaba controlado.
Esto era una completa y absoluta mentira.
Cuando por fin los Bomberos por instrucciones superiores llegaron, era una pérdida total.
Hay que decirlo, este siniestro es un hecho fortuito.
Pero es imperdonable que mientras Raúl Sosa González ande en abierta campaña para la diputación federal gastando descaradamente el dinero del pueblo, en el ayuntamiento de Santiago Tuxtla no se permitan adquirir un vehículo de apoyo para contingencias.
Y es todavía más injustificable que mientras la familia Sosa Acompa disfrute de los mayores lujos, los empleados y policías pretendan sofocar el fuego a cubetazos.
Raúl Sosa González y su esposa Claudia Acompa Islas, siempre han estado rodeado escándalos.
Entre el generoso pueblo colonial no es un secreto que los recursos municipales son utilizados exclusivamente para lo que dicta el lóbrego Sosa González.
Y es que mientras en las comunidades se mueren de hambre, este personaje organiza grandes banquetes para promocionarse.
Incluso se afirma que las finanzas de Santiago Tuxtla han sido una de las cajas chicas de Miguel Ángel y Fernando Yunes, pero esa ya es otra historia.
El anterior y actual gobierno de Santiago Tuxtla ha estado colmado de acciones impropias, acusaciones de nepotismo y abuso de poder.
Existen también serías acusaciones de enriquecimiento inexplicable y malversación de los recursos públicos, pero ya serán las autoridades quienes lo dictaminen.
En este municipio se construye un gobierno ajeno a la gente.
Y regresando a la hoguera central ahora el Ayuntamiento será demandado por todas las vías por negligencia.
Qué importancia le puede dar Claudia Acompa a esto.
Seguramente para ella le da lo mismo que a Santiago lo consuma el fuego.
Mientras que Raúl y su familia sigan disfrutando del dinero.
A sus órdenes.
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