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Peregrinos son riesgo para automovilistas

Superiberia

Juan José Enríquez

el buen tono

Orizaba.- A pesar de que enfrentan un grave riesgo al circular caminando o corriendo por el acotamiento, los peregrinos continúan su aventura para llegar a la Basílica de Guadalupe, aunque lo hacen con pocas medidas de precaución.

En su trayecto por la autopista 150D Córdoba-Puebla se les observa en bicicletas, corriendo con la antorcha en la mano, algunos con una camioneta que los viene resguardando y otros en grupos de cinco personas, sin que nadie los abandere y a las autoridades pareciera no importarles, pues no toman medidas estrictas para evitar comprometer a los conductores. 

Los peregrinos que viajan rumbo al “Cerro del Tepeyac” salen desde temprana hora con la fe en alto y transitan varios kilómetros para llegar a su destino y cumplir con sus mandas y promesas hechas, así como rendirle pleitesía por los favores recibidos en los últimos 12 meses.

Sin embargo, los fieles guadalupanos se vuelven un peligro para los conductores del servicio pesado. Cada año, la nota roja es el atropellamiento de los peregrinos o choques de las unidades en las que viajaban donde hay personas muertas, lesionados e incuantificables daños materiales.

Aunque no parece importarles formar parte de las estadísticas, los guadalupanos salen desde temprana hora de sus hogares, toman sus bicicletas, las adornan y se aventuran sobre la autopista Córdoba-Puebla y de ahí a la Ciudad de México, para llegar a su destino que es el recinto mariano.

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