En días pasados, nuestro País vivió -como cada año vive- una semana de intensa fe religiosa, por la conmemoración de la Virgen de Guadalupe y otras vírgenes más, como la de Juquila… la religión es la medicina del alma, la que nos alimenta para ser mejores seres humanos, sobre todo, mejores personas hacia nuestros semejantes, aunque muchos -creo- no practican lo que se predica en sus religiones.
El tema acá es que en las redes sociales se habla mucho de las peregrinaciones, que sólo causan tráfico y molestias a los ciudadanos y que los cohetes que avientan lastiman los oídos de los pobres perritos y demás animales; yo en lo personal estoy en contra de las peregrinaciones, sobre todo aquellas donde se trasladan kilómetros y kilómetros, ya que han causado muchas muertes de peregrinos inocentes por accidentes y demás cosas, pero eso es parte de la vida; a lo que voy, amigos y amigas lectores, es que ya debemos de ser tolerantes, dejar de quejarse de esas muestras de fe de nuestros hermanos, debemos respetar los sentimientos y creencias de cada persona. Yo sé que a muchos les afecta el tráfico, llegan tarde a sus trabajos o cosas así, pero recuerden que es solamente una semana -cuando mucho- de movimientos religiosos, donde muchas personas aprovechan para dar gracias a la vida y a su Dios.
Debemos de ser una sociedad tolerante y más comprensiva, entender que cada cabeza es un mundo y pensamos diferente. Hoy en día tenemos que apoyarnos, ser más abiertos y vivir en armonía, respetar un poco que nada nos cuesta. Para qué amargarse la vida quejándose que llegarás tarde al trabajo, a tu casa o a una fiesta por culpa de los peregrinos o de los cohetes que avientan. ¡Sólo son unos días al año!
Tan fanático es aquel que exagera en su religiosidad como aquel que exagera en su ateísmo. Amigos y amigas, somos seres humanos que vivimos en un sólo lugar, en un planeta con gran diversidad, creado -quizá- por un Dios o creado -quizá- por alguna teoría científica. En realidad no lo sabemos acertadamente, pero sí podemos agradecer que tenemos el poder de vivir en armonía y en paz.
Toleren tantito y verán que se sentirán muy bien. A veces hacen más daño los que se quejan, ¿por qué sólo se quejan y no hacen algo para beneficio de su entorno? Los invito a que un día dejen de quejarse y apliquen la tolerancia, es lo que es y nada podemos hacer. Para cambiar al mundo primero debemos cambiar nosotros.
Atte. Beto el tolerante…
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