Por: Jesús Sesma Suárez / columnista
En esta ocasión quiero comenzar haciéndoles una pregunta: ¿los culpables de los crímenes más crueles e inhumanos como: el secuestro, la violación y el tráfico de drogas y de personas, que además asesinan a sus víctimas, merecen la pena de muerte?
La semana pasada se realizó una encuesta al respecto y los resultados fueron contundentes: 76% de los encuestados (tres de cada cuatro) respondieron que estos delincuentes sí merecen la pena de muerte, de un total de 147 mil personas que participaron.
Y es que todos los días despertamos con una noticia terrible, en la que nos damos cuenta de que los delincuentes cada vez son más brutales en los métodos que utilizan con sus víctimas.
En el caso de los narcotraficantes, por ejemplo, no se conforman con dejar mantas con amenazas, sino que son capaces de ejecutar a cualquier persona, en cualquier parte y a cualquier hora del día, sin importarles que también puedan herir o matar a alguien más en el cumplimiento de su sanguinario objetivo.
Por su parte, los secuestradores también se han convertido en verdaderos artistas del mal, mutilando partes del cuerpo de sus víctimas para sembrar el miedo entre los familiares, llegando en muchos casos a quitarles la vida, aun cobrando los jugosos rescates que piden.
También están los que se dedican a traficar con personas para quitarles los órganos o con niñas y niños para venderlos o bien, con mujeres para prostituirlas, mismos que con el objeto de hacer más grandes sus ganancias y defender sus territorios también son capaces de quitarle la vida a todo aquel que se interponga en su camino.
Y qué decir de los violadores, que muchas veces prefieren matar a sus víctimas antes que ser denunciados, perseguidos y castigados por las autoridades, siempre en la búsqueda de más víctimas y de más impunidad.
Esto es cosa de todos los días y va en aumento en prácticamente todos los rincones del País. Y la razón es muy sencilla: esos desalmados saben que, aunque lleguen a pisar la cárcel, no la pasarán tan mal y que, cuando lleguen a salir, igualmente podrán continuar con su carrera delictiva, más preparados y con mayor experiencia.
Ésta es la triste realidad de la delincuencia y de la inseguridad que hay en nuestro País. Y como situaciones graves requieren soluciones de la misma intensidad, en el Partido Verde Ecologista de México consideramos que la pena de muerte es una alternativa para que los mexicanos recuperemos la paz y la tranquilidad que nos han robado.
Es verdad que esta propuesta no es nueva y requiere de un gran cambio en nuestro sistema de Justicia Penal, pero si no aplicamos castigos más severos en todos aquellos que han decidido ser enemigos de la sociedad, creo que estaremos condenados a vivir con miedo para siempre y no me parece justo.
Estos criminales no se detendrán, ya nos lo han demostrado, ni siquiera con la amenaza de pasar toda su vida en la cárcel. Por eso, en la búsqueda de una verdadera justicia, creo que debemos considerar la posibilidad de