El viernes pasado, Petróleos Mexicanos (Pemex) dio a conocer sus resultados financieros correspondientes al primer semestre de 2023, donde reportó ganancias por un total de 82 mil millones de pesos. Sin embargo, estas cifras representan una considerable caída del 66.8 por ciento en comparación con el mismo periodo del año anterior, cuando la utilidad alcanzó los 247 mil 649 millones de pesos.
Según el informe presentado por la petrolera a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), en el segundo trimestre de 2023, Pemex obtuvo una utilidad neta de 25 mil 439 millones de pesos, lo que supuso un desplome del 79.7 por ciento en relación con el mismo trimestre del año anterior, donde la utilidad alcanzó los 125 mil 155 millones de pesos.
El resultado neto se debió en gran medida a una reducción en las ventas totales y al incremento en el deterioro de activos fijos. Sin embargo, Pemex destacó que hubo factores que compensaron parcialmente esta situación, como una disminución en el costo de ventas, un aumento en la utilidad cambiaria debido a la apreciación del peso frente al dólar, y una disminución en los impuestos y derechos.
Estos resultados ponen de manifiesto los desafíos financieros que enfrenta la empresa estatal de petróleo en un contexto de volatilidad y cambios en el mercado energético. Es evidente que se requieren medidas para fortalecer la situación económica de Pemex y garantizar su viabilidad a largo plazo. La compañía debe buscar estrategias que impulsen su crecimiento y eficiencia, asegurando así un mejor desempeño en el futuro.
