Aver, nuevamente se les explica con bolitas y palitos lo que vive Veracruz
en materia de seguridad, no es otra cosa que producto del cochinero que dejaron 12 años de pactos, acuerdos y complicidades entre los integrantes del crimen organizado con los dos más corruptos y nefastos gobernadores que ha tenido Veracruz en los últimos años, Fidel Herrera Beltrán y Javier Duarte de Ochoa.
El Gobernador no podrá hacer nada por más que lo intente en estos 3 primeros meses, ni en 6 como lo dijo en campaña, ni creemos que logre erradicar esto en 1 año, es tal la magnitud de criminales operando en toda la geografía veracruzana que difícilmente esto acabará pronto y podría ir a peor ahora que sí se les combate, se les acorrala, se les persigue y se les detiene.
No le tiremos las culpas al actual Mandatario, lleva 3 meses o lo que es lo mismo, 93 días en el poder, ha realizado lo humanamente posible por detener esta masacre entre grupos delictivos, así como la “ola” de delitos que impactan en estos días a Veracruz, pero ante el panorama que dejaron 12 años de corrupción y pactos con los malosos, difícilmente ni el Ejecutivo Estatal ni el Gobierno Federal con todo el respaldo que está mandando podrán erradicar en el corto plazo esta plaga heredada por Fidel Herrera y Javier Duarte.
Las investigaciones por la muerte de 11 personas en Boca del Río, Veracruz, apuntan al Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), revelaron fuentes del más alto nivel en seguridad.
Células de esa organización, considerada como una de las más violentas para intimidar a sus rivales, tienen presencia en la zona conurbada del Puerto de Veracruz-Boca del Río desde el inicio de la Administración de Javier Duarte en 2011, cuando se presentaron como Los Matazetas y aventaron 35 cuerpos frente al WTC. El 6 de octubre de ese año fueron encontrados 32 cuerpos en domicilios de Costa de Oro, Costa Verde, Mocambo y Boca del Río; y cuatro más en la Colonia Coyol en Veracruz. Casos que fueron callados y silenciados por Duarte de Ochoa y su secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, hoy preso en un penal de Veracruz.
Desde entonces el CJNG ha mantenido una hegemonía en ese territorio con el control de bares, narcomenudeo, cobros de piso, entre otros delitos, según las pesquisas federales.
Con este reacomodo las organizaciones criminales disputan por lo menos seis zonas de Veracruz, que incluyen a células de los Cárteles de Sinaloa y del Golfo.
Un mapa elaborado por Fuerzas Federales muestra que células del crimen organizado se disputan por lo menos seis regiones de Veracruz: Pánuco; Poza Rica-Tuxpan; Xalapa-Coatepec; Veracruz-Boca del Río-Medellín; Tezonapa-Córdoba-Orizaba-Mendoza; y el corredor Coatzacoalcos-Minatitlán-Tierra Blanca.
De acuerdo con mandos militares, los grupos de la delincuencia operan de manera fragmentada y en pocos casos en supuestas alianzas para enfrentar a determinado rival. En la recolección de información, las Fuerzas Federales han detectado uniones esporádicas de grupos de la delincuencia de Sinaloa y Jalisco para enfrentar a Zetas, que su vez se han fragmentado como en el grupo denominado “La Vieja Escuela” o grupo 35-Z, o del CJNG con el CDG para controlar territorios en el Sur del Estado. No obstante, para mandos militares, el CJNG ha logrado penetrar en la mayor parte del Estado en los últimos 6 años con todas las complicidades de las autoridades estatales (Javier Duarte de Ochoa-Arturo Bermúdez Zurita).
El pasado 28 de febrero de 2017 fueron abatidos por elementos de la Marina dos sujetos en el Fraccionamiento Villa Rica, en Boca del Río, en un enfrentamiento que se prolongó por casi dos horas y donde los navales fueron agredidos hasta con granadas.
El pasado 31 de enero, tres marinos fueron plagiados en la colonia Infonavit Buenavista del Puerto de Veracruz, desde entonces la Marina ha realizado una serie de patrullajes, por aire y tierra, para localizarlos.
Un día después del abatimiento de los dos presuntos integrantes del crimen organizado, se reportó el hallazgo de 11 cuerpos abandonados, también en Boca del Río.