De la Redacción
el buen tono
Córdoba.- La reparación del puente de Metlac en la autopista Córdoba a Orizaba evidencia una pasividad sorprendente de empresarios, usuarios y autoridades locales que son omisas, ante una situación que evidentemente perjudica a sus municipios y representados. Pese a las pérdidas millonarias ocasionadas, estos han optado por mantenerse sumisos y en un silencio desconcertante, sin levantar la voz para exigirle a Capufe la compensación justa por los perjuicios.
Ciudadanos opinan que esto no es incapacidad, sino complicidad, corrupción y negligencia, con toda la mala fe, y se cuestionan si los alcaldes se han mostrado pasivos porque están involucrados en los robos a transporte, debido a una estrategia, o deben cumplir con requisitos políticos para saldar compromisos por haber alcanzado la Presidencia. Hay suposiciones, pero ninguna está comprometida con la responsabilidad de proteger el bienestar social.
La situación se agrava al considerar las consecuencias económicas derivadas de las largas filas para cruzar el puente. La demora en el tránsito resulta en la pérdida de mercancía, afectando no solo a los empresarios, sino también la cadena de suministro y la calidad de productos que, al quedar varados en largas colas, se han echado a perder.
La vulnerabilidad de los camioneros ante asaltos durante este periodo también ha sido un problema palpable.
Pese a estos incidentes autoridades y empresarios hacen mutis, renunciando a abogar por la seguridad de sus empleados, sus activos o sus representados. Pero, ¿Hasta qué punto están dispuestos a tolerar pérdidas antes de alzar la voz?, ¿Cuál es el límite entre la prudencia estratégica y la omisión negligente de su responsabilidad?
