Al arrancar el periodo definido como intercampaña, los partidos políticos utilizaron los malabarismos discursivos para mantenerse vigentes en promoverse como opciones sin transgredir las restricciones: el PRI, apelando a infundir el miedo a la pérdida de los programas sociales de los que asume la paternidad; el PAN, atizándole al tricolor corrupto
; aliado con la derecha, el PRD se reivindica como opción de izquierda, en tanto que Morena incluye a empresario y a académicos, que se suman a su proyecto.