Efraín Hernández
El Buen Tono
Córdoba.- Un centenar de cordobeses participaron en la Procesión del Silencio, evento que tiene un profundo significado en la teología católica, y que conmemora el sufrimiento de María por los padecimientos de Jesús antes y después de su crucifixión en el Monte Calvario.
Las luces del primer cuadro de la ciudad fueron apagadas, sumiendo todo en la oscuridad, mientras los feligreses caminaban por las principales calles, iluminados únicamente por la tenue luz de las veladoras.
La procesión inició en la avenida 3, justo a las afueras de la imponente Catedral Inmaculada Concepción, y fue encabezada por el obispo Eduardo Carmona Ortega, quien presidió la caminata junto con la imagen de la Virgen de la Soledad.