París, la capital de Francia, amaneció cubierta por un espectacular manto blanco que dejó a sus habitantes y turistas con una escena digna de Navidad, aunque aún no ha comenzado el invierno. Esta inusual nevada generó caos en el transporte aéreo, afectando vuelos en el Aeropuerto Charles de Gaulle, pero también regaló mágicas postales de los lugares más icónicos de la ciudad.
Postales mágicas en París
Los copos de nieve comenzaron a caer intensamente durante la tarde, cubriendo primero el noroeste de Francia y extendiéndose hasta París. Calles, monumentos y parques como Disneyland lucieron como si estuvieran decorados para la temporada navideña, sorprendiendo a los habitantes y visitantes. En Montmartre, las escaleras hacia la Basílica del Sagrado Corazón se convirtieron en un escenario de cuento de hadas.
“El vino Beaujolais es bueno incluso cuando nieva. No nos quejamos. En París nieva dos veces al año”, comentó Henri, un residente parisino, quien junto a otros ciudadanos salió a las calles para disfrutar de la inesperada nevada.
Afectaciones en transporte y servicios
La Dirección General de Aviación Civil (DGAC) anunció la suspensión de vuelos en el Aeropuerto Charles de Gaulle hasta la medianoche, mientras equipos especializados trabajaban en limpiar las pistas y eliminar el hielo de los aviones. En total, 71 vuelos sufrieron retrasos de más de una hora, afectando principalmente a la capital francesa.
Además, la tormenta, identificada como la borrasca “Caetano”, dejó sin electricidad a cerca de 235,000 hogares en el oeste del país, según la compañía Enedis.
Alerta meteorológica y precauciones
Las autoridades meteorológicas de París declararon alerta naranja en 31 departamentos, incluyendo zonas como Bretaña, Normandía y Borgoña, recomendando precauciones debido a las condiciones climáticas adversas. Las nevadas, poco comunes en esta época del año, suelen darse a finales de diciembre.
Una experiencia inolvidable
A pesar de las complicaciones, la nevada transformó a París en un escenario inolvidable, recordando que incluso los fenómenos más inesperados pueden agregar magia a la “Ciudad del Amor”.
