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Para salir de la emergencia electoral en Veracruz

Superiberia

Cuando el último recurso para hacer política es recurrir al tráfico de la pobreza, significa que el cinismo se apropió de la vida pública y donde toma carta de naturalización el cementerio de las ideas, y se da pasó a la extinción de la ética política.

 Del anterior pragmatismo que degrada a la vida pública, es indispensable que la prudencia y el sentido común deban irrumpir para salir de la espiral de la destrucción de la política, esta debe y necesita diseñar una nueva arquitectura institucional que interprete de que “todos estamos en el mismo barco”, es decir, gobierno, oposición y ciudadanía; cuyo paradigma político sea la nueva gobernanza.

 Pero la pregunta central es: ¿cómo podemos hacer política sin traficar con la pobreza en este país?, pues bien, existe una nueva ruta que es necesaria desarrollarla, y que está dentro del “Pacto por México”, particularmente dentro del área política y en donde los puntos son: La Ley General de Partidos Políticos y la creación de un nuevo instituto electoral que organice las elecciones locales; lamentablemente ambas están propuestas para el segundo periodo ordinario de sesiones del Congreso de la Unión y rebasan a las 14 elecciones locales de este año.

Continuando con la línea de interpretación anterior, y partiendo de la Ley General de Partidos Políticos, ésta deberá de contener la publicación anual de los afiliados de los partidos, donde se podrá observar las altas y bajas de cada partido político; sancionar cuando las afiliaciones no sean individuales, y lo más importante prohibir la militancia partidaria a quien se encuentre en algún programa social, porque se convertiría en clientela electoral de cualquier partido político.

Asimismo, el reforzamiento para construir ciudadanía desde el nuevo programa gubernamental de “Hambre Cero”, es imitar en su totalidad al exitoso programa brasileño, donde aquella persona que reciba algún apoyo económico está obligada a alfabetizare, es decir, existe un impulso gubernamental no sólo de administrar la pobreza sino de combatirla, para evitar lo que se ha venido haciendo en los últimos 25 años con todos esos programas sociales gubernamentales que si bien se han imitado en otros países, sólo administran la pobreza porque únicamente se destina el 8% del PIB, mientras que en los países integrantes de la OCDE destinan el 25%.

Dado lo anterior, entonces aquella persona que se encuentre en un programa social es porque se localiza en alguna de las interpretaciones sobre pobreza que se tienen en la Coneval, y que diríamos que están en tránsito hacia la ciudadanía; y por ende se les prohibe para que militen en un partido político mientras no salgan de la pobreza; lo que apuntaría a la construcción de ciudadanía y así se evitaría traficar con la pobreza en este país, donde casi el 50% se encuentra en situación de pobreza.

El reforzamiento de todo lo anterior lo realizaría el nuevo órgano electoral nacional, quien supervisaría los padrones de los partidos políticos, sustentado en un convenio con la Sedesol para cruzar los padrones de beneficiarios con los listados de la militancia partidaria; con lo cual construiríamos el nuevo andamiaje institucional de la democracia mexicana, saliendo de la perversidad política; todo esto lo suscribo por la experiencia en las elecciones internas del PAN del pasado 14 y 28 de abril, donde prácticas clientelares tuvieron una presencia importante; por ejemplo el pasado fin de semana me tocó presenciar una elección panista en Tantoyuca, que bien se le podría denominar una “elección feudal”, donde los indígenas eran como esos “siervos de la leva”, que eran llevados a votar por sus señores feudales sin saber leer ni escribir, lo que se tradujo en una imposibilidad para votar; afortunadamente por la intervención de uno de los últimos doctrinarios de Acción Nacional en Veracruz, Víctor Palacios, y por una valiente mujer que es Comisionada Nacional de Elecciones, Verónica Pérez se recondujo esa elección para que las mujeres y los hombres indígenas con todas sus limitaciones pudieran ejercer su voto de manera libre. Pero que decir lo que hizo el secretario de finanzas del gobierno del estado de Veracruz, disponiendo de programas y recursos federales para traficar con la pobreza, si bien fue grabado desde la ilegalidad, donde se observa el espionaje privado y posteriormente el espionaje público del gobierno cuando contraataca para defenderse tenuemente, ambas acciones reprobables.

Finalmente para evitar esta degradación política, es necesario conjuntar esfuerzos para combatir la pobreza y elevar la calidad de la democracia en el país, donde la ruta sean esas reformas políticas de segunda generación que se encuentran en el Pacto por México.

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