AGENCIA
Roma.- Después de varios días el Papa expresó su preocupación y dolor ante la situación en Nicaragua tras la detención el pasado viernes del obispo la diócesis de Matagalpa, Rolando Álvarez. La Policía ya mantenía recluidos a Álvarez y a varios de sus colaboradores desde el 4 de agosto, pero el viernes de madrugada lanzó una operación con el objetivo de “recuperar la normalidad” en Matagalpa.
“Sigo con cercanía con preocupación y dolor la situación que se ha creado en Nicaragua que afecta a personas e instituciones, quisiera expresar mi convicción y mi deseo de que por medio de un diálogo abierto y sincero se pueden encontrar las bases para una convivencia respetuosa y pacifica”, dijo el Papa en su primera intervención pública sobre la situación en Nicaragua.
En un llamado realizado al final del rezo del ángelus en la Plaza de San Pedro, asomado a la ventana de su estudio privado en el Palacio Apostólico, Francisco pidió que “la intercesión que la Purísima (como se conoce a la Virgen en Nicaragua) inspire en los corazones de todas las partes tal concreta voluntad”.
También dedicó unas palabras al pueblo ucraniano que “está sufriendo una inmensa crueldad”, en un momento en el que se vuelve a hablar de la posibilidad de que visite el país ya que el embajador de Ucrania ante la Santa Sede, Andrii Yurash, aseguró que el Papa tiene previsto viajar a Kiev.
En su alocución previa a la oración mariana, el Papa reflexionó sobre la salvación y explicó qué significa “entrar por la puerta estrecha” que, según detalló, no quiere decir que la salvación sea inalcanzable y solo “para unos pocos elegidos o los perfectos”, porque esto es contrario a las enseñanzas de Jesús.
El Pontífice también dijo que seguir a Jesús implica comprometerse en el servicio y en el amor, como hizo Él. “Entrar por esa puerta implica limitar el espacio del egoísmo, reducir la arrogancia de la autosuficiencia, bajar las alturas de la soberbia y del orgullo, vencer la pereza para correr el riesgo del amor, incluso cuando supone la cruz”, comentó.
La opresión a la iglesia católica en Nicaragua es como volver en el tiempo.
Hay que aplicar presión al Vaticano para que al menos reconozca oficialmente que en Nicaragua hay persecución a la iglesia catolica.
Crece la presión internacional para exigirle a que se pronuncie sobre la persecución de la Iglesia católica en Nicaragua. Más de 25 expresidentes de todo el mundo firman la carta pidiendo al Papa Francisco su condena.
Pero se nota la hipocresía de la iglesia católica de El Salvador, más del cardenal guerrillero Gregorio Rosa Chávez por no solidarizarse con la opresión que vive la iglesia católica en Nicaragua se nota que son solidarios.
Pero el Papa es cómplice de todos los atropellos que la comunidad católica y los sacerdotes están recibiendo por parte del régimen de Daniel Ortega en Nicaragua.
La iglesia que no denuncia la injusticia y la opresión, es una iglesia vendida.