En una escena inusual, el papa Francisco celebró anticipadamente su 88 cumpleaños, que será el próximo 17 de diciembre, durante el vuelo de regreso de su visita relámpago a la isla francesa de Córcega este domingo. La celebración fue breve pero emotiva, marcada por la entrega de una torta de cumpleaños por parte de los periodistas que lo acompañaron en el viaje.
Un festejo sencillo en el aire
Con una voz notablemente cansada, Francisco se acercó a la parte trasera del avión donde viajaban los 66 periodistas acreditados que cubrieron su visita. Allí, la periodista mexicana Valentina Alazraki, presidenta de la Asociación Internacional de Periodistas Acreditados en el Vaticano (Aigav), le entregó una torta a nombre de todos los reporteros.
El pontífice agradeció el gesto y expresó unas palabras breves sobre su visita a Córcega, destacando la alegría de haber visto “muchos niños” en la isla, algo que describió como una señal esperanzadora: “Un lugar donde nacen muchos niños”.
El vuelo más corto de su pontificado
La peculiaridad de este regreso fue la brevedad del trayecto, un vuelo de apenas 40 minutos, el más corto que ha realizado en viajes internacionales durante su papado. Debido a esto, por primera vez no se llevó a cabo la tradicional rueda de prensa a bordo, una práctica habitual en sus viajes internacionales.
El papa se despidió de los periodistas con un simple pero afectuoso “hasta el próximo viaje”, dejando entrever que, pese a su avanzada edad, mantiene el deseo de continuar con sus misiones internacionales.
Una visita relámpago con un mensaje importante
La visita de Francisco a Córcega fue breve pero significativa, enfocándose en temas sociales y espirituales. Aunque no se dieron detalles extensos de su agenda en la isla, el mensaje del pontífice enfatizó la importancia de la vida, la esperanza y las futuras generaciones.
Con este gesto sencillo pero cargado de simbolismo, el papa Francisco continúa demostrando su cercanía y humildad, incluso en momentos personales como la celebración de su cumpleaños.
