Orizaba.- Con casi 100 años de existencia, el panteón de Barrio Nuevo es único en el municipio, desconocido para la gran mayoría de los orizabeños, este camposanto es apreciado por los lugareños, quienes han logrado evitar se municipalice, conservando la administración de este predio, sin embargo, es abierto a la población bajo una norma que ha acordado la gente de uno de los barrios más antiguos y tradicionalistas de Orizaba.
Tan sólo con acercarse a este sitio pronto se da uno cuenta del resguardo y recelo con el que los pobladores vigilan su apreciado camposanto, “es el sitio en el que todos los que vivimos en Barrio Nuevo queremos terminar, desafortunadamente por decenas de años había estado en el completo abandono, no tenía bardas, tenía maleza y para colmo, se robaban las cruces de metal, pues antiguamente así las hacían”, dijo Lauro Torres, quien habitualmente viene al panteón, pues tiene familiares sepultados en este sitio.
Poco tiempo pasó para que apareciera un grupo de mujeres que dijeron ser las administradoras del lugar, en un principio desconfiadas pero siempre amables, finalmente platicaron de cómo es que este barrio cuenta con este panteón propio, “pues el terreno fue donado hace casi 100 años, según nos han contado nuestros antepasados, antiguamente al final del panteón y colindante con la autopista existía una ciénega, por ello la persona que era dueña del lugar consideró que no serviría de mucho tenerlo y lo donó al entonces pueblo”, dijo Imelda Alcántara, una de las administradoras.
Las mujeres que en un principio se mostraron desconfiadas, finalmente nos mostraron el interior del recinto, en el cual se puede apreciar tumbas de acabados finos, pero deterioradas por el inclemente pasar del tiempo, aún así conservan la belleza de las manos artesanales de principios del Siglo XX, “aquí tenemos tumbas muy antiguas, algunas son de 1920, aún se conservan, pero desgraciadamente la gente que no ha respetado y se roba las cruces, por eso es que las más antiguas no las tienen”, explicó Blanca Hernández.
Mencionaron que en tiempos modernos existió interés de parte del Ayuntamiento por hacerse cargo del panteón, a lo que el pueblo —como así le llaman ellas— se negó, “vinieron del Ayuntamiento y querían quitárnoslo, lo cual no permitimos, pues este terreno fue una donación y pertenece a Barrio Nuevo, cuando querían expropiarlo nos reunimos toda la comunidad y fue sólo así que se desistió, fue entonces que se acordó la conformación de un comité de administración, el cual está bien reconocido legalmente, pero conformado por personas de Barrio Nuevo”, señaló Elvira Vázquez.
Quienes ahora se hacen cargo de mantener en óptimas condiciones este lugar de reposo, también explicaron que este panteón al pertenecer a la comunidad está contemplado para que aquí descansen familiares de quienes se encuentran sepultados, sin embargo, considerando que la población de Barrio Nuevo ha crecido y se cuenta con nuevos vecinos que han adquirido recientemente propiedades, creen conveniente que si alguien se interesa en ser sepultado en este sitio lo haga, siempre y cuando tenga un determinado tiempo de vivir en el lugar, cuando menos 10 años.
“No somos egoístas, pero cuando nos hicimos cargo del panteón se encontraba en pésimas condiciones, lo hemos adecuado realizando faenas entre los vecinos y lo tratamos de mantener limpio”, detalló Eloísa Arias; por su parte Ofelia Moral agregó: “Sabemos que ha llegado gente a vivir al barrio, para que alguien sea sepultado en este panteón es necesario que mínimo haya tenido 10 años viviendo en Barrio Nuevo, no importando que no tenga familia sepultada aquí”, explicó.
Cabe hacer mención que actualmente se encuentran sepultados en este panteón más de mil cuerpos, habiendo espacio para más personas, pues en algunos casos las tumbas más antiguas carecen de familiares o de plano éstos han dejado de ocuparse de ellas o simplemente perdido el interés de acudir a un panteón que es bien resguardado por la población de
Barrio Nuevo.
