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Panistas y perredistas

Superiberia

 

A quién responsabilizar de la situación interna de los partidos sino a ellos mismos. Si hablamos del PAN y del PRD, los huracanes que corren a su interior intentan calmarlos con posturas más al exterior que intente componerles la imagen que los ciudadanos perciben. Ambos han decidido abrazar causas que, en apariencia, se ven taquilleras, pero que en la práctica resultan complicadas y hasta inviables. Acción Nacional dice —como aquí lo hemos escrito— que su consulta será con respecto al salario mínimo. Habrá que ver cuál será la pregunta que harán. ¿Algún ciudadano estará en contra del aumento al salario? Por su parte el PRD anquilosado en la Reforma Energética. Por cansado que resulte su discurso, se empeñan en una lucha que se antoja a derrota: echar abajo una reforma ya promulgada.

Ayer, Jesús Zambrano declaraba que el partido había dado muestras de civilidad política y compromiso democrático. Le pidió al nuevo INE que lo ayudara a realizar su elección interna camino a su renovación. Hasta ayer a las diez de la noche era la fórmula que encabeza Carlos Navarrete la favorita del más de millón 800 mil votantes. Las figuras de Cárdenas y Ebrard como posibles dirigentes apenas llegaban a 27% de votos del total computados. Lo cierto es que, además de los resultados de esta elección, lo que les arroja la del domingo es un panorama del voto duro con el que cuentan tras la salida de Andrés Manuel, quien ayer también decía y luego se “desdecía”. Zambrano intentaba no hacer caso al teléfono descompuesto o, más bien, en darle cuerda a un pleito evidente, pero que se empeñan a esquivar como símbolo de una fortaleza que dice “aquí no ha pasado nada y el PRD sigue siendo él a pesar de tu salida, AMLO…”. Aunque lo cierto es que también, con la del domingo, el sol azteca demostró que sigue siendo ese partido con vicios —esos que tanto critica— pues ahí circulaban en redes imágenes de la entrega de despensas para llevar electores a las urnas…

Y también ayer Gustavo Madero decía que el partido es víctima de un complot mediático en su contra. Mera estrategia para lavarse las manos y no responsabilizar a los panistas de los varios escándalos que han salido a la luz en los últimos meses. Este incomodísimo y muy negro verano por el que han atravesado evidenció a algunos de sus más posicionados personajes que, en efecto dominó, fueron mostrando la vulnerabilidad del grupo originado por una profunda división interna. Puras patadas de ahogado y, sí, también de doble moral.

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