Efraín Hernández
El Buen Tono
Chocamán.- Hablar de pan es referirse a la tradición, cultura y misticismo, especialmente cuando se trata de un oficio que en la región se trasmite de generación en generación.
Pero más en esta temporada de los fieles difuntos, donde el arte de hacer pan casero está inspirado en rituales prehispánicos, lo cual termina formando parte esencial de las ofrendas dedicadas a los muertos.
El ofrecimiento fraternal es el pan. La iglesia lo presenta como el “Cuerpo de Cristo”. Elaborado de diferentes formas, se trata de uno de los elementos más preciados en el altar del 31 de octubre y 1 de noviembre de cada año.
Forma y significado
Una de las piezas más características de la temporada es la hojaldra o pan de muerto tradicional, tiene forma circular que da significado al ciclo de la vida y de la muerte, en el centro tiene una bolita que representa el cráneo del difunto, las tiras en forma de cruz son los huesos humanos y las lágrimas de los difuntos, por último la esencia de azahar se refiere al recuerdo de las personas que ya no existen en la tierra.
Elaboración
En el municipio hay una familia que desde hace 22 años se dedica a la elaboración del pan de muerto.
Una de las nietas, recordó a don Rafael Castro Luna, quien inició con el negocio y la tradición del pan en Chocamán.
La familia es muy conocida por su manera de hornear cada pieza que se acompaña con atole, café o chocolate,
Sabor y tradición
Actualmente, el tradicional pan de muerto lleva levadura, junto con media taza de azúcar y agua, harina de trigo, sal, mantequilla, azúcar y, en algunos casos, la ralladura de una naranja, agua de azahar o té de anís.
Es así como en México, el pan de muerto es un elemento elemental en las ofrendas que se instalan en honor de quienes ya no están, pero que entre flores, colores y sabores los recuerdan sus seres queridos.