Agencias
Puebla.- El pan de burro, un delicia tradicional de las ferias mexicanas, tiene su origen en el estado de Puebla. Este pan redondo combina sabores dulces y salados, lo que lo hace irresistible para quienes lo prueban. Su receta incluye panela, azúcar y manteca de cerdo, y se cocina de manera artesanal en hornos de piedra, lo que garantiza su frescura durante varios días. Gracias a sus ingredientes naturales y su método de elaboración, el pan de burro ha ganado popularidad, llegando incluso a Estados Unidos y España.
La historia del pan de burro es tan interesante como su sabor. Durante la Revolución Mexicana, los arrieros, que transportaban mercancías en burros, vendían este pan en las calles. El pan, envuelto en petates para mantener su frescura, se convirtió en un alimento emblemático de la época. Los panaderos locales, al notar su popularidad, empezaron a utilizar moldes con figuras de burro, perpetuando el nombre y la tradición del pan.
A pesar de la modernización y la aparición de alimentos procesados, el pan de burro ha resistido el paso del tiempo y sigue siendo una muestra de la rica gastronomía poblana. Su perdurabilidad y aceptación en el extranjero subrayan la capacidad de las tradiciones culinarias mexicanas para adaptarse y conquistar nuevos paladares.