Munich.- El alto el fuego acordado la noche del jueves se vio ensombrecido el viernes por nuevos combates sobre el terreno, que reforzaron las dudas y el escepticismo de la oposición siria, mientras el Gobierno de Bashar al-Assad sigue guardando silencio sobre el pacto.
Al menos 16 civiles murieron en un ataque aéreo ruso realizado contra Al Ghantu y Al Dar al Kabira, al norte de la ciudad de Homs, en el centro de Siria, informó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos. Según la web opositora de noticias Al Zaman al Wasl, alrededor de 50 personas más resultaron heridas.
También en el norte de Siria continúan los combates y bombardeos aéreos rusos contra Tel Rifaat, al norte de Alepo, según el Observatorio. En la región se registraron intensos combates entre seguidores del régimen sirio y los rebeldes islamistas, así como combatientes del Frente al-Nusra, según el Observatorio Sirio, 12 yihadistas de Al-Nusra murieron y hubo víctimas en las filas del Gobierno.
La violencia arrojó dudas sobre el acuerdo alcanzado por el Grupo Internacional de Apoyo a Siria -integrado por Rusia, Estados Unidos e importantes potencias regionales como Turquía, Irán y Arabia Saudita, entre otras- para implementar un alto el fuego en el país en el lapso de una semana, con la exclusión de la milicia Estado Islámico (EI) y de Al-Nusra.
A esa excepción precisamente se aferra Moscú para justificar sus ataques aéreos.
Rusia desmintió ayer la muerte de civiles en sus ataques y aseguró que se dirigen sólo contra terroristas.
Además, el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, aseguró que Rusia continuará sus ataques contra el EI y Al-Nusra, incluso durante el alto el fuego.