El pasado 21 de mayo de 2013, en el salón central de Palacio de Gobierno, nos reunimos el Gobernador de Veracruz y todos los dirigentes de los partidos políticos estatales, así como representantes del Gobierno federal y del Estado. El propósito fue dar a conocer los objetivos que se persiguen en el Pacto por Veracruz, el cual pretendía parecerse al celebrado entre el Gobierno federal y los representantes de los partidos políticos a nivel nacional, en particular PAN, PRI y PRD. Este pacto nacional tuvo como origen los acuerdos entre los dirigentes de los partidos políticos nacionales con mayor representación en el Congreso Federal y el Presidente de México. El propósito fundamental de este pacto es aprobar las iniciativas de ley que el Ejecutivo del país envía al legislativo; a la fecha, este pacto ha funcionado, pues todas las iniciativas que ha enviado el Ejecutivo Federal al Congreso han sido aprobadas, al menos, por la mayoría de los diputados y senadores que conforman el Congreso de la Unión.
En nuestro estado hace unos días se firmó un pacto, pero totalmente diferente al celebrado a nivel nacional; este pacto fue con miras al proceso electoral a celebrarse el próximo 7 de julio, no es un pacto o acuerdo para mejorar la calidad de vida de los veracruzanos, ni mucho menos para que los legisladores veracruzanos reciban iniciativas que envíe el Ejecutivo del Estado a efecto de buscar mejoras para los veracruzanos.
Este pacto que yo llamaría “de buenas intenciones”, tiene como finalidad que durante los comicios a celebrarse el primer domingo de julio, todos los actores políticos se conduzcan de manera civilizada; es más, el compromiso del Gobernador del Estado es vigilar que durante las campañas, no se dilapiden los recursos económicos que llevan como finalidad beneficiar a los millones de veracruzanos.
Lo anterior se derivó del escándalo que se suscitó hace unas cuantas semanas, donde se hicieron públicos videos que evidenciaron cómo funcionarios de alto nivel del Gobierno del Estado pretendían utilizar los recursos provenientes de la Federación depositados en la Sedesol, para continuar comprando conciencias durante las campañas electorales; se evidenció que estaban organizándose para favorecer al partido en el poder durante las campañas electorales y concluirlas con dádivas provenientes de los programas federales, para que las personas que subsisten con ellos pudieran decidir su voto al momento de acudir a las urnas a favor de los candidatos del partido oficial.
El origen de esta iniciativa enarbolada por el Gobernador de Veracruz, sumados todos los partidos políticos con registro oficial en el estado para participar en la próxima justa democrática es bueno, solamente que las tradiciones son difíciles de cambiar; los candidatos tradicionales, fundamentalmente del partido oficial, solamente saben hacer campañas con despensas, láminas e infinidad de electrodomésticos, esa es la forma como ganan las elecciones. Usan la pobreza de la gente para poder lograr su cometido, pero lamentablemente, a la mayoría de las personas no les interesa la propuesta, y mucho menos quién es el candidato o candidata; aprovechan las elecciones para vender su voto, no les importa que durante el tiempo que esta persona sea funcionario o funcionaria no les haga caso, regularmente el único beneficiado de ello es el propio candidato que, a la postre, es funcionario gracias al voto mayoritario. El colmo de ello es que la persona beneficiada con el voto depositado en la urna por conducto de la dádiva, ya en el poder, se olvida de todo y de todos, lo lamentable es que concluye diciendo “ya les compre el voto, ahora aguántense”.
Por lo tanto, el pacto electoral que se firmó hace unas semanas se debería fortalecer para castigar ejemplarmente a los que violenten la voluntad del pueblo con dádivas o coacciones. Existen dos entes responsables de ello: por una parte, el árbitro de la jornada electoral, como lo es el Instituto Electoral Veracruzano (IEV) y la Fiscalía Especializada contra Delitos Electorales (FEPADE). La primera es dependencia estatal, y la segunda, dependencia federal, pero no pasa nada, se pueden denunciar diversos hechos, inclusive hasta amenazas, y las autoridades no las ven ni las oyen. Esta es la forma de evitar cualquier forma de utilización de recursos que en su gran mayoría son públicos.
El Gobernador veracruzano hace esfuerzos; sin embargo, la gente por debajo de él abusa a más no poder, por más acuerdos o pactos que se intenten para que todos se comporten como personas decentes, y que los veracruzanos decidamos libremente, hacen lo posible e imposible para ganar con trampas y abusando de la necesidad de pueblo. Imagínese, apreciable lector, que a estas alturas ya están preparando los fraudes necesarios para seguir manteniendo el poder.
No obstante, existe otra forma de evitar estas mezquindades. Tomen lo que les den, y a la hora de sufragar en la urna, háganlo conscientemente por la persona que más convenga. Se debe salir a votar copiosamente, ello evitará que los mapaches electorales se salgan con la suya. Es momento de hacer algo por nuestro pueblo, no permitamos que los enemigos de la democracia se salgan con la suya, no vendamos nuestro voto, ejerzamos nuestro derecho a favor del pueblo, que gane quien la ciudadanía elija, no quien la dádiva imponga. ¿Usted qué Opina?