Fortín.- Ante la indiferencia de todo el pueblo fortinense, para seguir al grupo de personas que tiene tomado el Palacio municipal de Fortín y la CASF, ahora los líderes de dicha manifestación unieron fuerzas con el grupo de paracaídistas antorchistas, que invadieron al municipio para traer inseguridad y cinturones de miseria.
Como buenos oportunistas, que buscan lograr sus propios beneficios a costa del perjuicio de todo el municipio, al perder fuerza, este grupo tomó la nefasta decisión de sumarse al movimiento de Antorcha Campesina, para tratar de presionar al inepto del Alcade y al director de la Comisión de Agua y Saneamiento de Fortín (CASF), Gabriel Sayeg, y así cedan a la serie de peticiones que tienen respecto al servicio de agua potable.
Sin embargo, ahora se suman las peticiones de los antorchistas que invaden Villa Unión y a los que, de por sí, Armel@elalcahuetedeTorrecillayCarrillo les ha dado todas las facilidades, aunque con esta alianza aprovecharán para comenzar a pedir al municipio parte del presupuesto y los servicios con los que aún no cuentan.
En días pasados, los manifestantes tuvieron un acercamiento con los antorchistas que invadieron un predio en Villa Unión, pero dicha alianza no fue confirmada sino hasta la mañana de ayer, cuando la regidora octava del Ayuntamiento de Córdoba, Humberta Solís —en lugar de estar trabajando en su municipio— sostuvo una reunión con los líderes de los manifestantes de Monte Blanco, en donde se acordó que se apoyarían mutuamente.
Gente que ni siquiera es de Fortín, ahora quiere tomar el control de la ciudad y de las instituciones de Gobierno, todo por culpa de la cobardía de Armel@elalcahuetedeTorrecillayCarrillo, quien no puede gobernar ni es capaz de resolver los diversos conflictos que presenta el municipio, junto con los directivos de la CASF, que tampoco han podido realizar alguna negociación.
Este acuerdo y unión entre los manifestantes de las comunidades de Monte Blanco, Monte Salas, Santa Lucía y la colonia San José, con los antorchistas invasores, es vista por los fortinenses como una traición al pueblo que los apoyó desde el inicio.
Mientras tanto, los quejosos no piensan soltar el Palacio ni las otras instalaciones tomadas, pues esperan refuerzos por parte de los antorchistas, quienes supuestamente son los que ahora van a mover a la gente para realizar más tomas.
