Por: Andrés Timoteo / columnista
OVARIOS Y ROSARIOS
El pañuelo es un símbolo de múltiples significados. En la costa veracruzana, el pañuelo o paliacate es una prenda típica del jarocho. En la época colonial, herencia de la vieja Europa, el pañuelo era usado por la aristocracia como en la Francia de las cortes absolutistas: entre más encajes tenía un pañuelo más alcurnia denotaba para su portador. También con un pañuelo se comprometían las parejas o se desafiaba al rival al duelo, golpeando con el trapo el rostro de uno de los desafiantes.
Un pañuelo blanco agitado en lo alto es símbolo de rendimiento, según el argot miliciano y en el viejo oeste de los Estados Unidos fue un icono de ladrones y forajidos. En Argentina, las mujeres que fundaron la organización Madres de la Plaza de Mayo, para buscar a sus hijos desaparecidos en la ultima dictadura militar, se recogían el cabello con un pañuelo blanco y se transformó en la insignia de su lucha.
En la misma Argentina desde el año 2003, un pañuelo color verde es el emblema de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, misma que ya se convirtió en un movimiento global para defender el derecho de las mujeres sobre su cuerpo -su sexualidad y su reproducción-. El miércoles pasado, México y Veracruz se unieron al famoso “Pañuelazo”, una manifestación pública en favor de esos derechos femeninos en la cual los participantes portan dicha prenda.
En Xalapa, los activistas realizaron el “Pañuelazo” en la Plaza Regina -antes Plaza Sebastián Lerdo de Tejada- como parte de una movilización continental para apoyar la discusión en el Senado argentino para despenalizar el aborto, la cual ya había sido aprobada antes por los diputados de esa Nación. El debate parlamentario duró muchas horas y la votación fue ganada por los opositores de la interrupción del embarazo.
Fueron 38 votos en contra y 31 a favor los que sepultaron esa Reforma que desde el inicio se antojó ambiciosa, pues había sido llevada al tamiz legislativo en pleno gobierno derechista que encabeza Mauricio Macri. Pero el “Pañuelazo” -en el que muchos gritaban la arenga hacia los legisladores: ¡Saquen sus rosarios de nuestros ovarios!”- también llevó mensajes domésticos.
En Veracruz tuvo un significado puntual, pues está pendiente el cumplimiento de la Segunda Alerta por Violencia de Género contra las Mujeres por Agravio Comparado emitida desde diciembre del 2017. Dicha alerta lleva ocho meses sin ser cumplida por la desidia de los legisladores locales -influenciada por la Iglesia Católica y los grupos ultraconservadores- para eliminar el marco jurídico que agravia a las mujeres.
Específicamente, en dicha recomendación se ordena modificar los artículos 149, 150 y 154 del Código Penal del Estado para hacer válido el derecho de las mujeres a la interrupción del embarazo. El congreso local fue omiso de esa segunda Alerta por Violencia de Género contra las Mujeres, por lo que el 3 de julio pasado, el Juzgado Decimoctavo de Distrito concedió un amparo promovido por diversas Organizaciones Civiles para que los diputados acataran la recomendación y modificaran la Ley citada.
Aún con ello, los que controlan el órgano parlamentario -diputados panistas y algunos perredistas derechizados- han retardado el cumplimiento e incluso recurrieron la sentencia en otro juzgado federal para tratar de revertirla. Ellos se mueven más por sus creencias religiosas que por el deber laico y republicano que les exige el cargo de elección popular. Son los mojigatos con curul.
Todo parece indicar que en la presente Legislatura se incumplirá con la Alerta por Violencia de Género Comparada y con la respectiva sentencia judicial, pero no hay fecha que no se llegue ni plazo que no se cumpla y a partir del 4 de noviembre, en menos de tres meses, iniciará funciones la próxima Legislatura estatal en la que el Partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) tendrá mayoría.
Así, se destrabará el impase para que se modifiquen las leyes necesarias a fin cumplir con esa agenda que siempre ha defendido y, por supuesto, se le dé forma jurídica al movimiento libertario de las mujeres para tomar las decisiones sobre su cuerpo. Ya no harán falta más “Pañuelazos”, al menos esa es la expectativa.
‘PEJA’ ESTHER
Los pagos contemplados en el pacto entre el morenista Andrés Manuel López Obrador y el salinismo -que tiene como negociador visible al grupo del actual mandatario Enrique Peña Nieto- ya empiezan a verse. La exlideresa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo, fue liberada horas antes de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) otorgara la constancia al tabasqueño como Presidente electo.
Se hizo cuatro meses antes de la toma de posesión del nuevo mandatario, en un intento de que éste no arrastre el anatema de haber absuelto a uno de los personajes que son iconos de la corrupción en el País, sino que fuera el régimen saliente. Nadie debe espantarse de tal acción que encuadra en el rejuego político tradicional, si acaso los más ilusos que creyeron que la ‘mafia del poder’ sería erradicada y no hibridada con el partido en boga, Morena. En las redes sociales, a la maestra ya le apodan “Peja Esther Gordillo”.
Y en política no hay coincidencias y si obviedades, por eso la primera que salió a defender la absolución de Gordillo Morales fue Olga Sánchez Cordero, futura secretaria de Gobernación, quien expresó que la profesora acusada de haberse robado casi 2 mil millones de pesos del Sindicato magisterial y ser un eslabón de la delincuencia organizada, “merecía la libertad” y las acusaciones penales “no eran sólidas”.
¿Ya ven cómo la amnistía a los criminales va en serio? ¿Qué dirán todos los maestros que pensaron que habría justicia cuando detuvieron a Elba Esther Gordillo en el 2013? ¿Y los familiares y excompañeros del maestro rural Misael Núñez, asesinado en 1981 supuestamente por órdenes de Gordillo Morales? ¿Cuál será la postura de la CNTE que fue perseguida por el sindicalismo charro que guiaba la maestra?
Con la libertad de Gordillo Morales hay anticipo de impunidad en base a pactos inconfesables del nuevo gobierno y una sensación de desencanto anticipado. ¿Qué sigue en estos emolumentos del pacto pejista-salinista? ¿Que el exgobernador Javier Duarte también sea exculpado y liberado?
Mientras eso sucede, la maestra Gordillo está de vuelta en el rejuego político y anunció que hablará ante la prensa el próximo 20 de agosto, fecha de inicio del Ciclo Escolar 2018-2019. En política son inexistentes las coincidencias, se repite, y nadie dude que Gordillo lleve una tajada en el gabinete morenista como sucedió en el sexenio del panista Felipe Calderón. La ‘mafia del poder’ reciclada en la nueva era.
SE ATLACUACHARON
El instinto de supervivencia ha brotado entre los integrantes de la paquidérmica Comisión Estatal de Protección -risas- a Periodistas y a diferencia de hace meses cuando alababan a los funcionarios del gobierno en funciones, ahora se han volcado en críticas y acusaciones, especialmente contra el fiscal Jorge Winckler y sus colaboradores. ¡Vaya! la presidenta del entuerto, Ana Laura Pérez, hasta amenaza con denunciar penalmente al fiscal del área de delitos contra comunicadores, Jaime Cisneros.
Durante casi dos años esos vivillos de la elefantina comisión se mostraron indiferentes y se dedicaron a hacer cursillos y concursos para justificar el presupuesto gastado, pero de repente les entró una preocupación -como en el 2016 cuando aspiraban a convertirse en burócratas- por la causa de los compañeros asesinados y se dicen indignados por el rezago en las pesquisas.
Para su causa particular -permanecer en la nómina estatal- sin pudor evocan los nombres de los compañeros victimados y acusan dilación en las investigaciones. La presidenta y el secretario de esa comisión ginista -el sello no se lo pueden borran ni bañándose en agua bendita- quieren ser ratificados por el gobierno de Cuitláhuac García.
Por eso se han refugiado en las valencianas del diputado local por Orizaba, Rogelio Rodríguez y presumen entre sus allegados que a través de la recomendación del legislador serán ratificados por García Jiménez. Listillos, siguen la consigna del tuxpeño César Garizurieta, apodado “El Tlacuache” quien decía que “vivir fuera del presupuesto, es vivir en el error”. ¿Alguien está extrañado de dicha actitud?
El xalapeño Cuitláhuac García, quien se ha comprometido a crear una comisión de la verdad para los 40 casos de periodistas asesinados y desaparecidos en los últimos 14 años, deberá extinguir el actual organismo ocioso y sin resultados para iniciar de cero y sin sesgos. Es menester que convoque a una consulta abierta entre el gremio para seleccionar a quienes integrarán esa comisión de la verdad que sirva para allegar justicia a las víctimas de la comunidad reporteril.
Mantener a los actuales consejeros y a la comisión misma no sólo es un error táctico sino un agravio al gremio periodístico que no está representado por ellos. Ya que se ha dicho que el gobierno venidero de Veracruz tendrá la misma tónica del federal con la aplicación de la justicia transicional, hay experiencias en otras naciones para abordar el polémico y delicado tema de los homicidios y desaparición forzada de periodistas.
Perú tuvo un episodio sangriento en un pequeño poblado andino llamado Uchuraccay, donde el 23 de enero de 1983 fueron linchados y asesinados ocho periodistas que viajaron a ese lugar para cubrir los hechos de violencia generados por el grupo guerrillero Sendero Luminoso. A fin de esclarecer lo sucedido se integró una comisión de la verdad presidida por el Premio Nobel, Mario Vargas Llosa, quien fue acompañado por el periodista Mario Castro Arenas y el abogado penalista, Abraham Guzmán Figueroa.
Así debería ser en Veracruz, seleccionar a personajes serios y de prestigio para que la documentación de los casos de compañeros asesinados y los que permanecen en calidad de desaparecidos tenga la probidad y la credibilidad suficientes ante el propio gremio y ante la opinión pública en general. El informe peruano de la comisión de la verdad inició con dos preguntas para guiar hacia la verdad histórica del crimen de los reporteros: ¿Cómo fue? y ¿por qué fue? En el caso veracruzano deberá añadirse una tercera: ¿dónde están? Sobre los colegas ausentes.