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Otro crimen político

Superiberia
  • Ejecutan a la panista, María Guadalupe Raygoza M.
  • La excandidata murió en el hospital, luego de que delincuentes le dispararan a quemarropa

Astacinga.- A tres días que inicien las campañas electorales se cometió en la zona un nuevo crimen, aparentemente político, un grupo armado llegó hasta un predio en donde se encontraba la excandidata por el PAN a la alcaldía del municipio de Astacinga, María Guadalupe Raygoza Martínez y abrieron fuego contra ella y sus
trabajadores. 

Cabe recordar que hace un par de semanas ocurrió el asesinato del exalcalde de La Perla, José Melquiades Vázquez Lucas, quien fue ejecutado justo enfrente del Palacio Mmunicipal.

Como resultado del ataque a Raygoza Martínez, quedó gravemente herida y fue trasladada al Hospital del IMSS de Tlaquilpa, pero a falta de personal médico tuvo que ser canalizada a un hospital privado de Orizaba, en donde falleció. 

El atentado se dio minutos antes de las 12:00 horas, cuando la exlideresa por el Partido Acción Nacional, se encontraba limpiando un terreno que tiene en los límites con el municipio de Tehuipango, junto con sus
jornaleros. 

Al lugar arribaron varios delincuentes armados que, sin mediar palabra alguna, le dispararon a quemarropa a la mujer, quien recibió un balazo en la cabeza, tórax y varios más en el resto de su cuerpo. 

Tras el ataque, los sujetos salieron huyendo del lugar con rumbo desconocido, mientras que los trabajadores trasladaron a la excandidata al hospital de Tlaquilpa, en donde no había ni insumos ni médicos.

Raygoza Martínez fue enviada a bordo de una ambulancia de Protección Civil al Sanatorio Covadonga de Orizaba, en donde fue intervenida quirúrgicamente para extraerle las balas que se alojaron en su cuerpo. 

Desafortunadamente, se informó que perdió la vida cuando era operada, por lo que la trabajadora social dio parte a la Fiscalía Regional y fueron elementos de la Policía Ministerial, quienes acudieron a realizar las diligencias de Ley. 

Una vez concluidas peritos forenses certificaron su deceso y ordenaron el traslado de los restos de María Guadalupe al Semefo, en donde una vez que se le practicó la necropsia de rigor, fueron entregados a sus deudos.

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