Otra negligencia médica en el IMSS

Córdoba.-  Familiares de Julia Moreno Rodríguez, quien falleciera el pasado 6 de julio en las instalaciones de un hospital privado, a consecuencia de una presunta negligencia médica de galenos del Hospital General de Zona No. 8 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), denunciarán penalmente al personal médico y directivo, ya que afirman que la muerte de la señora fue “un homicidio”.

 

A esta Redacción acudió uno de los familiares de la octogenaria, quien en entrevista relató cómo el supuesto maltrato y falta de profesionalismo de los médicos, Jorge Santos Barbosa, Rafael Picazo Figueroa -actual director del hospital número 36 de Coatzacoalcos- Alberto López Alonso, Gustavo Constantino García y del propio director del HGZ 8, José Ramón Delgado Martínez, derivó en la muerte de su madre.

 

Según explicó, el pasado 24 de marzo del año en curso, la mujer ingresó al hospital por una fractura de la pierna izquierda, resultando favorable la operación que realizó el médico Jorge Núñez.  Al mantener a la mujer bajo una rigurosa dieta liquida, el 26 de marzo dejó de tolerar todo tipo de bebidas presentando malestar en la boca y garganta, lo que le ocasionó deshidratación.

 

El 14 de mayo ingresó nuevamente al hospital, siendo atendida por el médico Gustavo Constantino, quien le diagnosticó úlcera gástrica, como parte del tratamiento se colocó una sonda nasogástrica para comenzar la introducción de los alimentos, al no haber mejoría, el médico Santos Barbosa solicitó un ultrasonido del área afectada, detectando “una bola de pús de 21 centímetros” en el intestino delgado. 

 

Derivado de dichas observaciones según el allegado, la paciente es sometida a una cirugía en la cual al término les informaron que también le fue retirado el apéndice para evitar mayorescomplicaciones. 

 

Días después de dicha intervención, la herida y las zonas donde se colocaron las sondas para el drenado de los fluidos, comenzaron a  presentar fuga de líquidos y alimentos, a pesar de ello para el 3 de junio, la Jefa de enfermeras firmó la pre-alta de la paciente, argumentando que se encontraba en condiciones óptimas para abandonar el hospital. 

 

Por el bajo peso de la señora y las constantes cirugías, el 12 de junio sufrió un paro cardiaco, sobrellevado con atención inmediata y hasta ese día el Cuerpo de Gobierno y personal en turno acuerdan al traslado a la clínica privada, donde permaneció hasta su muerte.