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Orizaba, la ciudad de los puentes

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ORIZABA.- El municipio de Orizaba, ubicado sobre un extenso valle que recorre abundante río, es bendecido por su buena tierra y dulce canto de sus aguas, envueltos en misterio gracias a las leyendas urbanas y su hermosa arquitectura, en cada uno de ellos se puede observar el paso de los años y la importancia de su época, cuentan una historia diferente y son causantes del desarrollo constante de la ciudad.

El puente de Tlachichilco

Antes de ser levantado era sólo un estrecho sendero desde la ex fábrica de Cerritos hasta los actuales filtros de la cervecería Moctezuma, en aquel entonces caminaban muchos habitantes entre las colonias San Miguel y Santa María Tlachichilco, tenían que cruzar a pie el río, caminando sobre piedras salientes para alcanzar la ribera opuesta.

Fue construido después del sismo del 28 de agosto de 1973, dio paso al inicio de la construcción del anillo Periférico en la parte Norte, pocos saben que previo a ser llamado puente de Tlachichilco los lugareños lo nombraban el puente de la Cruz Verde.

El de la Poniente 18

Fue rumbo al corazón urbano que se levantó un pequeño puente de concreto, que mide 15 metros de largo por ocho de ancho, construido gracias a la cooperación comunal entre 1974 y 1975. 

Primer peatonal

Hecho originalmente de hierro sólido sobre Poniente 16 y casi esquina Norte 7-A, medía en aquel entonces 80 centímetros de ancho y contaba con 25 metros de largo, fue el paso peatonal entre la colonia Unión Obrera y el resto de la ciudad, hace poco fue modificado y elevado para la seguridad de los vecinos de estas colonias.

El de San Antonio

Fue en un inicio un rudimentario puentecillo, levantado en 1720 y reconstruido en 1886, sin embargo, en 1950 fue arrasado desde las bases debido a una fuerte tempestad, tres años después el 28 de noviembre de 1953 se reinauguró por el Ayuntamiento, en 1968 se realizaron modificaciones para el paso de la antorcha olímpica, ya que nuestro país fue sede de los Juegos Olímpicos.

Forma parte importante de la vida de la ciudad, también es conocido como el puente del Molino de la Marquesa o del Acueducto del Marqués, aquí se encontraba el gran molino de la Marquesa, que pasaba por los dominios de los marqueses de Sierra Nevada. El molino de trigo funcionó hasta 1720.

El de la Beneficencia

Ubicado en Poniente 2, fue gracias al párroco de San Miguel, un santo varón llamado Nicolás del Llano, reconocido por la promoción social en favor de Orizaba, ayudó y solicitó la construcción de este puente.

La obra se inició en 1838 y fue terminada en 1848, 10 años después se inauguró con la presencia del obispo Francisco Pablo, el 27 de febrero 1848. Actualmente, se le conoce como puente Belisario Domínguez.

El de Santa Anita

Por 1717 el pueblo de Santa Anita levantó su puente en las cercanías de una capilla, que ellos habían construido en honor a esta santa, se cree que se hizo entre 1796 y 1803, el nombre actual de este puentes es Rafael Tapia, pero todos lo conocen como el de Santa Anita, debido a la cercanía con el antiguo patio de Santa Anita. Ubicado ahora sobre Colón Poniente.

El de la Borda

Es el primer puente de Orizaba y cuya importancia se remonta al Siglo XVIII, construido por Don Juan Antonio Cora, gracias a la cooperación de Don José de la Borda y el vecindario de Orizaba.

Este lugar fue paso obligado para llegar a la capital del país y esto ayudó a que durante años Orizaba fuera la Capital del Estado. La obra se inició en 1764 según una vieja placa que guarda el puente, también se puede ver ahí escrito que fue en 1776 que se concluyó.

El del Toro

Este fue construido en 1857 para salvar un profundo barranco de más de 100 metros de extensión, hecho sobre cemento y piedra con 71 metros de longitud y casi 6 metros de anchura, originalmente, se conoció que fue de fierro en su totalidad.

En 1986 el Ferrocarril construyó una vía paralela, ensanchando el antiguo puente para dar paso a tres vías de más de 40 vagones y para propiciar un cómodo camino para las personas que viven en los márgenes del río Orizaba.

Independencia

La idea original surge en el Siglo XIX para unir la calle de Montiel y la de Independencia, para tener libre tránsito hacia la alameda, todo quedó en un simple proyecto y fue 120 años después que el presidente municipal Emilio Stadelmann López, junto con el Gobernador de ese período, que iniciaron un proyecto, sin embargo, al no llegar a un acuerdo con los vecinos de Pichucalco no se realizó.

En 2007, durante la primera administración municipal de Juan Manuel Diez, se dio inició a la obra, realizando una inversión de 23 millones de pesos.

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