El municipio de Calcahualco, bajo la dirección de la alcaldesa Guadalupe Rosas Carrillo, se encuentra en una situación alarmante. El Órgano de Fiscalización Superior (Orfis) ha emitido una serie de recomendaciones que no solo evidencian la incapacidad de la administración municipal, sino que también dejan al descubierto un presunto daño patrimonial que ronda los 10,000 pesos. Esta cifra puede parecer insignificante, pero representa una falta de responsabilidad que se suma a una larga lista de irregularidades.
El descontento de los ciudadanos es cada vez más evidente, y no es para menos. La falta de gobernabilidad se manifiesta en múltiples frentes: la obra pública es cuestionada, las finanzas son un enigma y la deuda pública se mantiene en un estado de incertidumbre. La administración de Rosas Carrillo parece estar más preocupada por su imagen que por rendir cuentas a la población que la eligió.
Las quejas formales ante el Orfis son solo la punta del iceberg. Este organismo ha hecho señalamientos claros sobre las falencias en la gestión pública, lo que indica que el gobierno municipal está en un ciclo de irresponsabilidad que podría tener repercusiones más graves si no se toman medidas inmediatas.