Orizaba.- A los pies de la Virgen de Guadalupe, el obispo, Marcelino Hernández Rodríguez ordenó a dos diáconos de los Filipenses a quienes pidió disfrutar esta etapa de su formación para la vida sacerdotal.
Indicó que deben ser luz que ilumine la existencia humana y promotores de la urgente caridad, escucharon su mensaje David López Romero y Josué Cristian Hernández Alvarado.
En la parroquia de La Concordia les recomendó no falsear el mensaje de Dios ni predicar para sí mismos, sino para el que espera.
Expresó que su ministerio es la predicación, el servicio al altar, proclamar el Evangelio, presidir las oraciones y la administración del bautismo.
También lo es repartir el Cuerpo y Sangre de Cristo, enseñar la santa doctrina, asistir y bendecir el matrimonio, llevar el viático a los moribundos y hasta presidir las exequias, puntualizó.
Pero además les recordó: “Hay otras dos cosas muy hermosas e importantes que son el testimonio de entrega viviendo el celibato como signo de consagración a Cristo y el ejercicio de la caridad en nombre del Obispo y el párroco, esto se vive dicen nuestros ritos, con amor y alegría”.
