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Operativos son un gran negocio

Superiberia

De la Redacción

EL BUEN TONO

Huatusco.- Los operativos contra motociclistas que realiza personal de Transporte Público y Tránsito del Estado, como el del miércoles pasado en este municipio, son un negocio, responden a intereses económicos más que a normar la circulación de ese tipo de vehículos.

En las imágenes que compartieron afectados y automovilistas, se observa a un vehículo de arrastre al tope de unidades ligeras decomisadas en las calles por el personal de las citadas dependencias.

“Se las llevaron al corralón y para recuperarlas debemos pagar el costo del arrastre, la multa y los días en los que permanezca resguardada la moto, lo que hace una cuenta impagable”, manifestó Octavio Sánchez, a quien se le olvidó llevar consigo la factura.

Las autoridades justificaron las acciones como medidas para garantizar la seguridad vial, y de los operadores en la vía pública, especialmente con la presentación de la documentación oficial.

Destacaron la obligatoriedad de portar el casco de seguridad, la verificación de la documentación pertinente y la posesión de licencia de conducir.

Los conductores que incumplieron con requisitos fueron sujetos a las acciones correspondientes, conforme lo marcan las normativas de Tránsito lo que incluyó el remolque de sus motocicletas hacia el corralón.

Los infractores estuvieron de acuerdo en que se aplique correctamente la ley, sólo pidieron que se eviten los abusos en los cobros, los cuales llegan a superar el costo de la unidad.

Consideraron que lo que tienen que hacer las autoridades es aplicar la ley, pero sin sacar ventaja y llenar sus arcas.

Las ganancias de las grúas

Las grúas Arrieras surgieron como una respuesta contra las malas prácticas y deshonestidad de las empresas que funcionan en la región, como es el caso de las grúas a las que les asignan todos los servicios que surgen porque reparten dádivas. Entonces las llaman cuando hacen un operativo, por ejemplo, contra los motociclistas.

Tránsito decomisa las que considera que funcionan de manera irregular, las empiezan a subir la unidad y hasta que esté repleta se van, pero al dueño le cobran como si hubieran hechos arrastres individuales, y es tan caro el servicio, que a veces es mayor al costo del arrastre que el del vehículo, por lo que los dueños los dejan perderse. Los gruyeros los desmantelan y los venden por partes. ¡Es un negocio redondo y una muestra de la corrupción que existe!

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