De la RedacciónEl Buen Tono
Córdoba.- Diversos medios de comunicación, financiados por Leticia López Landero, exalcaldesa, y el diputado electo Juan Tress Zilli, han sido señalados por manipular información sobre el incremento en los precios del transporte público, aunque no ha habido modificaciones en las tarifas, lo cierto es que los autobuses de la línea 8 de Marzo, que recorren San Marcial, Cecadys y Álamos, han llegado a cobrar hasta 12 pesos, emitiendo boletos sin indicar el monto.Esta situación ha provocado el descontento de los usuarios, quienes denuncian constantes abusos por parte de los concesionarios de estas rutas. En tanto, los medios apoyados por López Landero y Tress Zilli parecen formar parte de una estrategia para ocultar esta realidad y encubrir las irregularidades. La desinformación no sólo minimiza el incremento en las tarifas, sino que también permite que se siga afectando a los usuarios sin que se tomen medidas por parte de las autoridades correspondientes.En este contexto, ambos personajes, utilizando a sus voceros mediáticos, aseguran que las protestas registradas la semana pasada en Colorines fueron simuladas. Sin embargo, los ciudadanos expresaron su inconformidad, afirmando que esos periodistas mintieron, ya que nunca asistieron a las manifestaciones. En su lugar, distorsionaron los hechos para proteger a Tress Zilli, quien, a pocos días de asumir su cargo en el Congreso del Estado, enfrenta señalamientos por presunto abuso de autoridad y la orden de aumentar las tarifas de sus autobuses sin la autorización de Transporte Público.Además, se señala que los directivos de las líneas Mar-Tress y 13 de Mayo, involucrados en este conflicto, se pasan todo el día en estado de ebriedad, inventando falsedades para limpiar su imagen. Además de contratar a tinterillos como Carlos Vergara Islas, quien vive de arrimado en cuarterías del Patio de la Estrella, propiedad del Ayuntamiento, en donde no paga renta, pero cobrando honorarios por sus servicios como guía de turistas. Cabe concluir que durante la administración de López Landero, ese seudo historiador cobró como asesor cultural, a pesar de no contar con título ni cédula profesional que lo acrediten para ostentarse como tal.