Córdoba.- Buena frase célebre para enfocar la presente nota, la cual tiene que ver con la confianza de la sociedad que reside en dar por hecho que un juez debe y sabe administrar su independencia mediante la exacta aplicación de la ley; esta tarea la debe fraguar el propio juzgador mediante sus propios acuerdos y resoluciones para sostener una proba credibilidad personal y profesional, pues debe resolver invariablemente siempre con imparcialidad con calidad y firmeza en la aplicación del Derecho; factores determinantes en la percepción que la sociedad tiene de la seguridad jurídica.
Por ello, el propio pacto social le da al juez la fuerza jurídica para proteger los valores superiores del Derecho, sin embargo, lo anterior ya en la vida real no son más que buenos deseos, pues aquí en Córdoba ha llegado a ocupar el puesto de juez el tristemente célebre Daniel Dámaso Vázquez Bautista sobre quien pesan denuncias y quejas por malas actuaciones en diversos juzgados en que ha “impartido” justicia como lo son Veracruz, San Andrés Tuxtla y aquí en Córdoba cuando ocupó en anterior ocasión la titularidad del mismo juzgado cuarto.
Ahora fue evidenciada de manera contundente su pésima actuación por el abogado David Ambrosio Molina Vázquez, quien le hizo de manera personal y directa un reclamo al juez por su inaceptable tardanza de hasta 37 días en enviar una apelación al Tribunal Superior de Justicia del estado de Veracruz, ante lo cual el juez de manera desvergonzada solo le contestó al abogado que “así son las cosas, los asuntos se tardan un poco”.
“¿Un poco?”, respondió indignado el abogado; “¡no juez aquí no se trata ni de mucho ni de poco ¡se trata de que usted es un violador del sentido protector del artículo 17 de la Constitución Federal, pues usted tiene la obligación legal de enviar la apelación en un término de tres días y eso usted bien lo sabe, pues el artículo 516 del Código Procesal Civil de la entidad así se lo impone”.
Ante tal argumento, el juez Daniel Dámaso Vázquez Bautista guardó silencio, pero el litigante insistió en que le diera una explicación del por qué su negligencia para guardar la apelación y no enviarla durante 37 días.
De manera insistente, el abogado Molina le reclamó al juez Dámaso su falta de control administrativo en el juzgado, pues resulta increíble que tenga debajo de su asiento 37 días un expediente que por razones de notable corrupción mantiene allí para que no se vaya a la sala de apelación.
Por si lo anterior fuera poco; el litigante David Ambrosio Molina Vázquez le hizo también personal reclamo sobre una descabellada resolución que emitió el citado juez; ante quien con la ley y la jurisprudencia en la mano le explicó detalladamente que su fallo estaba totalmente fuera de contexto legal y seguramente decantado para beneficiar a su contraparte; de manera puntual, el abogado Molina le dijo al Juez; “ya no merece usted ni mi respeto ni mi mesura, pues esta determinación y su negligencia solo me permiten hablarle sin diferencia y sin el respeto que un juez merece”, abundó el abogado Molina en sus
comentarios y continuó; “solo eres un procesador, no tienes la calidad personal para que se te guarde respeto, pues con actuaciones de esta índole, solo dejas ver que te decantas al mejor postor, pero que quede claro, Dámaso, conmigo te equivocas, porque yo no litigo con dinero por delante, si pretendes venir primero a dar palos para que después los abogados se acerquen a ti y te decantes a su favor, te equivocas ,eso no lo vamos a permitir ni yo ni los muchos abogados que litigamos de conformidad a derecho, no eres merecedor ni de la toga ni del birrete, pues lo que debes portar es un antifaz y un saco de lona tal cual se caricaturiza a un bandido”.
Por último el abogado Molina le enfatizó al juez Dámaso que los gastos por el amparo que se tiene que promover por su absurda sentencia se los reclamará por reparación de daño económico por la vía penal por delitos contra el servicio público.
El Buen Tono
