Cuando faltan cuatro días para terminar el sexenio, Calderón publicó en el Diario Oficial de la Federación los salarios mínimos que, aplican en todo el territorio nacional, como él ya se va con su pensión de 215 mil pesos al mes, qué le importa dejar al país con esa migaja de salario.
Heredar miseria, desempleo y salarios raquíticos es un agravio. Ahí está el meollo de los problemas del país, de la enorme desigualdad que actualmente se vive. A Felipe Calderón sólo le quitó el sueño echar bala, pero no combatir el hambre.
Se acaba una tortura, pero inicia otra, y es que Peña Nieto ya empezó cercando San Lázaro y sus alrededores, sin importarle afectar a los vecinos que para trasladarse tienen que caminar, rodeando la zona cargando sus cosas porque la mayoría son comerciantes, todavía ni empieza, pero ya sabe el repudio que la gente le tiene.
Ahora que EPN anda en Washington debería aprovechar que el recién electo Obama ganó gracias a la comunidad latina, en su mayoría mexicanos, y de ahí agarrarse para hacer buenos convenios en cuanto a migración y relaciones económicas.
El que fue ovacionado fue Amadeo Flores, el procurador que no procura, por los diputados que le aplaudieron porque se “le olvidó” -al comparecer- sobre los 9 reporteros asesinados, los desaparecidos, por los casos sin resolver y los que sí se resolvieron rápido por afectar a funcionarios públicos directamente.
Sí que se quedó sin memoria, y fue a pintar un panorama irreal y las “focas” de la curul le aplaudieron sin parar.