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Ojo de Agua: turismo sin costo, en las Altas Montañas

Superiberia

Sandra González

el buen tono

Orizaba.- Ojo de Agua, el encantador balneario situado en los límites de Ixtaczoquitlán y Orizaba, tiene una historia que se remonta a décadas atrás. Este oasis natural se ha convertido en un refugio popular para aquellos en busca de esparcimiento y frescura en medio del cálido clima de la región, un lugar en donde los visitantes no tienen que pagar para acceder como ocurre en la mayoría de los espacios de la ciudad.

En este rincón paradisíaco, la autenticidad se fusiona con la accesibilidad. Los visitantes pueden deleitarse con comida típica a precios asequibles, mientras disfrutan de la belleza natural que ofrece Ojo de Agua. 

A pesar de la instalación de parquímetros en sus alrededores, este espacio es libre de privatización, conservándolo como una cápsula del tiempo para todos. 

La génesis de Ojo de Agua radica en la riqueza natural del lugar, donde manantiales de agua cristalina surgen, creando un entorno único y atractivo.  

A lo largo de los años, la comunidad reconoció el potencial recreativo de esta fuente natural.

Inicialmente, atrajo a ciudadanos de municipios cercanos, pero con el tiempo, su renombre se ha expandido, convirtiéndose en un destino atractivo para visitantes de ciudades más allá de la región central e incluso del estado de Veracruz.

La historia de Ojo de Agua es un testimonio vivo de las experiencias compartidas por generaciones que han encontrado en sus aguas refrescantes y su entorno natural, un punto de encuentro para familias, amigos y turistas. 

Un tesoro natural que, con el paso del tiempo, sigue dejando huellas imborrables en la memoria colectiva de cientos de familias que ahí crecieron.

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