Efraín Hernández
El Buen Tono
Córdoba.- Sin duda, el altar o la ofrenda para los fieles difuntos es el elemento más importante en la celebración del Día de Muertos eque se celebra en México, así lo dio a conocer Diana Christian Solano López, investigadora paranormal.
La experta en el tema, enfatizó que año con año esta tradición mexicana se celebra los días 1 y 2 de noviembre.
«Si bien es cierto, cada persona arma sus altares de acuerdo con sus ideas y gustos, existen elementos esenciales que no pueden faltar”, expresó Solano López
La ofrenda es un ritual a partir del cual los vivos comparten con sus difuntos nuevamente. Cabe señalar que el Día de Muertos se basa en la creencia de que las almas de los fallecidos regresan y se reencuentran con quienes amaron en vida, pero esta vez a través de la ofrenda.
El altar de muertos, como la conocemos actualmente, es fruto de un sincretismo de culturas. Por ejemplo, el pan, las velas y los santos, son elementos europeos; mientras que el copal, cempasúchil y las calaveras, son de carácter indígena.
¿A quién se le pone el altar el 28 de octubre?
El 28 de octubre se recuerda a las personas que perdieron la vida de manera violenta; por ejemplo, en un accidente o asesinados, esa fecha se conoce como el día de los matados.
¿A quién se le pone el altar el 1 y 2 de noviembre?
El 1 de noviembre es Día de Todos Santos, y ese día los mexicanos acostumbran a recordar a los niños que murieron.
En tanto, el 2 de noviembre es Día de Fieles Difuntos, y la tradición señala que esa noche llegan todas las ánimas.
¿Qué día se quita la ofrenda?
El 3 de noviembre se quita el altar, pues es en la noche del 2 cuando recibimos la última visita de las almas de los difuntos que llegaron.
Los elementos esenciales en la ofrenda de Día de Muertos son la fotografía o retrato, se acostumbra poner una imagen del ser querido, a quien se está dedicando el altar.
Agua y sal, el agua es para aliviar la sed del difunto después de su largo recorrido y la sal sirve para que el alma no se corrompa en su viaje de ida y vuelta.
Veladoras, según la creencia ancestral, la luz guiará a los visitantes para que puedan llegar y también para alumbrar su regreso.
Flores, sus colores y aroma adornan el lugar a donde llegará el difunto; el amarillo de la flor de cempasúchil es el Sol que guiará su alma; en los altares para niños se colocan alhelí y nube, pues al ser blancas representan su pureza e inocencia.
Copal e incienso, el copal limpia las malas energías de un punto y el incienso santifica el ambiente.
Pan de muerto, significa la generosidad del anfitrión. Por su parte, el círculo que se encuentra en medio simboliza el cráneo, las canillas, los huesos y el sabor a azahar es por el recuerdo a los ya fallecidos.
Papel picado, se considera una representación de la alegría y del viento. Cada uno de los colores tiene un significado diferente; por ejemplo, el naranja es luto, el morado representa a la religión, el verde es para los jóvenes, el blanco para los niños, el amarillo para los abuelitos y el negro simboliza el inframundo.
Calaveras, pueden ser de azúcar, chocolate o amaranto y estás se adornan con colores. Se consideran una alusión a la muerte y nos recuerdan que está siempre se encuentra presente.