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Ofrece llamarada cuantioso tesoro

Superiberia

Huiloapan.- La historia sobrenatural de Roberto Gaviño inició una noche que se encontraba sólo en su morada y observó una llamarada que le hizo pensar en un incendio en su cocina, pero al paso del tiempo se enteró de que encerraba un significado muy particular. 

Gaviño vivía cerca del cerro El Gentil, tenía 50 años de edad, era transportista y acostumbrado a levantarse a las 4:00 horas, lo primero que hacía era prepararse un café antes de iniciar su jornada laboral.

Una noche, despertó inesperadamente, sediento acudió a la parte trasera de la casa que construyó para vivir con su familia, su esposa e hijos se encontraban fuera, en el velorio de una vecina cercana, por lo que estaba únicamente con su perro Bigotes.

Caminó hacia la cocina, cuando inesperadamente escuchó un ruido en el exterior, el animal empezó a ladrar alteradamente, Roberto no le tomó mucha importancia al hecho, y continuó su transitar, estando frente a la gruesa puerta de madera, a través de los cristales, apareció una llamarada, lo que le hizo pensar que estaba ante un incendio.

 Sin embargo el fuego desapareció casi de forma inmediata ante sus propios ojos, pensó que se debió a que se encontraba todavía dormido por la hora.

No se alarmó por lo que había presenciado y realizó sus actividades de forma normal durante el día.

A la siguiente noche y las posteriores ocurrió lo mismo, el tiempo siempre era el mismo y el despertar de forma inesperada.

Pasada una semana, decidió contarle el suceso a su cuñado Federico, quien le mencionó que conocía una historia igual que había ocurrido muchísimos años atrás. Se trataba de un campesino que vivió en un pueblo alejado, quien presenció la misma llamarada.

Para no quedarse con la duda, después de observarla durante varios días, decidió escarbar en el lugar en donde aparecía la inesperada luz, lo que le llevó tiempo y esfuerzo, que se vieron compensados, porque cuando había cavado tres metros de profundidad, encontró ollas y pequeños sacos repletos de monedas de oro de  los tiempos de la Revolución Mexicana y La Cristiada.

Su cuñado le mencionó que en tiempos pasados era muy común que los bandidos asaltaran las haciendas, ranchos, casas y demás, robando entre otras cosas, las pertenencias de valor de las personas como joyas, dinero, y por supuesto, que por la época, el siempre codiciado oro.

Esa persona, obviamente se había hecho rica de la noche a la mañana, cambiando su suerte y la de su familia, gracias a la llamarada nocturna y a que no sintió temor por ella.

Después de hablar con su cuñado, Roberto volvió a casa indeciso y temeroso de lo que nuevamente pudiera presenciar durante esa noche.

Finalmente Roberto tomó la determinación de no hacer caso de la llamarada, pese a sus necesidades económicas.

Pasaron los meses y lo ocurrido en su cocina permaneció casi en secreto.

Roberto y su familia decidieron mudarse a un lugar más poblada, hacia la ciudad de Orizaba, por lo que la casa que se encontraba al pie de la montaña quedó deshabitada y sin moradores.

Pasado algún tiempo, una mañana Roberto regresó a la casa, ingresó y al llegar a la cocina abrió la puerta con temor, lo que miro enseguida lo dejó atónito, enmedio del lugar se encontraba un enorme hoyo de casi tres metros de profundidad y alrededor montículos enteros de carbón y tierra, todo era de color negro, jamás había visto algo así en su vida, por lo que decidió salir inmediatamente del espacio y no regresar jamás .

La historia quedaría como una leyenda, de la cual la gente no sabría qué tanto era realidad y qué tanto es fantasía, de Roberto y su familia no se supo más y la casa permanecía en pie,  grande, muy antigua, de madera, hermosa, pero cerrada.

La gente con el pasar de los años, dice que el cuñado ambicioso, tras haber escuchado la historia de Roberto, y una vez que éste se cambió de residencia con su familia, Federico, que conocía la historia de la llamarada y la fortuna que significaba para quien la hubiese mirado, decidió entrar a la casa, escarbar y buscar el tesoro que según él podía existir enterrado en ese lugar.

Cuentan que debido a su ambición, no encontró absolutamente nada de valor, lo único fueron kilos y kilos de carbón y cenizas, así como un helado aire que le hizo salir corriendo despavoridamente.

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