
Efraín Hernández
EL BUEN TONO
Fortín, Ver.- Mientras el comercio informal se apodera de las calles y la administración pública se hunde en la simulación, el presidente municipal, Gerardo Rosales Victoria, mantiene un gobierno cerrado a la ciudadanía, sin rendición de cuentas y operando desde la opacidad. Las sesiones de cabildo se realizan a puerta cerrada, cuando por ley deberían ser abiertas y con participación ciudadana. Así lo dio a conocer Manuel Molina Gómez, presidente del Centro de Investigación, Difusión e Implementación sobre Asociaciones Civiles (CIDIAC).
El activista afirmó que Gerardo Rosales Victoria se niega sistemáticamente a realizar cabildos abiertos, lo que representa una violación al derecho de participación ciudadana. “Esta negativa, lejos de ser un simple descuido, es una estrategia para mantener en la sombra decisiones que afectan directamente a la población”, explicó.
Refirió que, esta opacidad no es exclusiva del alcalde, sino que se extiende a todo el cuerpo edilicio, que ha guardado silencio ante los abusos, convirtiéndose en cómplice del desfalco que se vive en Fortín.
“El caso más evidente de esta omisión es el tianguis informal que miércoles con miércoles opera con total descontrol en la vía pública”, agregó.
