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Obama y Peña

Superiberia

 

¿Qué tienen en común el Obamacare y la reforma hacendaria de Enrique Peña Nieto? Aparentemente nada, aunque en realidad sí hay semejanzas.

El Presidente de Estados Unidos logró que la constitucionalidad del Obamacare (la ley de atención médica accesible), un sistema de salud que beneficiará a millones de familias de bajos ingresos. El presidente de México propuso una iniciativa de reforma hacendaria, que pretende implantar un sistema de seguridad social universal. De entrada encontramos entre ambas una meta social, orientada en el sentido del Estado benefactor.

Pero también, hay metas económicas. En el caso del Obamacare atender a millones que a la larga incrementará la productividad, prolongará la vida laboral de miles y ahorrará costos en pensiones. En México el sistema de seguridad social universal  busca, entre otras cosas, a través de un registro más amplio de la población, ampliar la base tributaria.

Sin embargo, las resistencias son fuertes. En Estados Unidos los republicanos (azuzados por el Tea Party) han preferido paralizar el gobierno, ya que se niegan a otorgar fondos al Obamacare, puesto que, en palabras del célebre economista Paul Krugman, los republicanos piensan que “¿por qué deberíamos pagar el seguro social cuando recibimos poco o nada de los beneficios?” Es obvia su negativa a pagar más impuestos, aunque también, hay propósitos electorales, ya que los republicanos quieren desgastar a Obama y a los demócratas con miras a los comicios intermedios.

En México el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y el PAN han liderado la oposición a la reforma hacendaria. Son muchos los aspectos de esta iniciativa que critican ambas entidades, pero hay uno en el que convergen, ya que le son particularmente sensibles a la opinión pública: que la propuesta gubernamental perjudica a las clases medias por el alza al Impuesto Sobre la Renta (ISR) y a las colegiaturas de la educación privada. El senador Ernesto Cordero, a quien ya se le olvidó su errática conducción hacendaria, demandó que se retirará la iniciativa “por ser sólo recaudatoria”.

Si bien tienen razón los críticos en que es necesario perfeccionar la progresividad (no se puede igualar la misma tasa a quien gane más de 40 mil pesos mensuales con los millonarios), fallan en su diagnóstico sobre quienes integran la clase media: según el INEGI la clase media se encuentra en entre los deciles cinco y seis de la población, entre quienes ganan siete mil y nueve mil pesos aproximadamente.

Así, no es la clase media la más afectada, sino el decile diez, quienes ganan más de 40 mil pesos al mes en adelante, 10% de los más ricos… pero el CCE no va a reconocer que su rechazo a diversos aspectos de la reforma simplemente es la defensa de sus privilegios. El PAN, por su parte, ha logrado que se ponga en tela de juicio el alza a las colegiaturas privadas, si bien entre sus reales propósitos están orientados a “vender más caro su amor”, reposicionarse y defender privilegios. Por ejemplo los opositores no han presentado un plan de ahorro para que a los mexicanos no nos siga costando más los partidos, los legisladores…

Obama tendrá que aplazar su plan de salud y Peña pulir su reforma hacendaria, pero sus opositores deben estar conscientes de que su juego político promueve la guerra de clases y estimula a las fuerzas radicales, conservadoras y antirreformistas.

 

Entretelones:

 

La izquierda quiere poner a consulta la reforma energética gubernamental, pero no dice nada sobre consultar sobre la regulación de las marchas.

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