Washington.- El presidente Barack Obama dijo a líderes religiosos que no ordenará la suspensión de las deportaciones al considerar que con ello cerraría la estrecha oportunidad que hay para que el Congreso apruebe este año una reforma migratoria.
Obama comunicó su postura durante el encuentro a puerta cerrada que sostuvo con ellos en la Casa Blanca en donde discutieron la situación en torno a los esfuerzos para que el Congreso apruebe una reforma migratoria.
El presidente fue claro sobre que en este momento no es algo sabio hacer un cambio a las leyes, pues necesitamos que el Congreso cambie su postura” dijo Luis Cortes, Presidente de la agrupación religiosa Esperanza.
Ante reporteros, al término del encuentro, Cortes dijo que la postura expresada por Obama fue en el sentido de “que si él hace ese cambio, va a ser daño al proceso y con hacer daño al proceso, la ventana que tenemos -piensa que son entre tres y cuatro meses-, se va a cerrar”.
La presión para que Obama detenga las deportaciones aumentó a partir de que se revelara la cifra récord alcanzada bajo su presidencia, superando por mucho las realizadas durante las dos pasadas administraciones de gobierno.
Por separado, el vocero presidencial Jay Carney dijo que pese a la falta de acción en la Cámara Baja, Obama cree que aún existe oportunidad de que la reforma sea aprobada, aunque no ofreció detalles sobre los elementos que alientan la expectativa.
El presidente está enfocado en hacer lo correcto por nuestro país, hacer lo correcto en este difícil tema y permitir que todos, pero más importante para el país y la economía, se beneficien por tomar está acción”, dijo.
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