Impresiona la cantidad de artículos que aparecen día a día en los distintos medios de comunicación de todo el mundo, relatando hechos de corrupción de servidores públicos y de empresas de todo tipo. Lo anterior demuestra la gravedad de este problema a nivel mundial, a pesar de que en muchas naciones, se está modificando el aparato legal para tener más y mejores investigaciones y a la vez sanciones más severas.
Muchos toman como ejemplo la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero de Estados Unidos o la ley británica en Contra de la Corrupción. Recientemente, Francia estableció una nueva oficina para el combate de este fenómeno y Brasil está implementando una legislación anticorrupción muy severa.
En nuestro país estamos a la espera de que el Congreso de la Unión se ponga de acuerdo para contar con un nuevo esquema de combate a la corrupción, ya que los resultados hasta ahora han dejado mucho qué desear, sobre todo en los últimos 12 años. El mejor ejemplo de ello es el reciente informe de la Auditoría Superior de la Federación con los resultados de la Cuenta Anual del último año del presidente Calderón, donde se refleja una vez más el desastre en que se encontraba el país.
La Auditoría ha vuelto a hacer su trabajo de manera correcta y, como lo ha expresado muchas veces, necesita que se refuercen sus poderes para que pueda ser más efectivo en las sanciones y recuperación del dinero, ya que después de rendir el informe y que éste es nota de ocho columnas, pasa al olvido, hasta el año siguiente y poco se sabe de lo que ocurre con las responsabilidades fincadas.
Escribía al inicio de esta columna que impresiona la cantidad de casos de corrupción que publican los medios y como ejemplo de lo anterior, mencionaré algunos que se dieron a conocer esta semana. El primero trata de un denunciante anónimo, gracias al cual el gobierno de los Estados Unidos pudo detener a un empresario que defraudó a 250 inversionistas chinos con un supuesto desarrollo inmobiliario. Como recompensa por lo anterior, el gobierno entregó al denunciante 14 millones de dólares.
Otro caso que está siendo muy comentado es el referente a un senador estatal de California de nombre Ron Calderón, quien se prestó a oponerse a una legislación que hubiera impedido que un magnate de los hospitales continuara enriqueciéndose pagando a médicos para que enviaran a los pacientes a sus hospitales. Tanto el senador como su hermano han sido acusados de corrupción y lavado de dinero y el lunes pasado no tuvo más remedio que entregarse a las autoridades federales. En estos casos, el fuero no sirve en el vecino país del norte.
En India ha causado conmoción la detención del millonario Subrata Roy, que es el empleador privado más importante del país, y que es dueño, entre otras empresas, del hotel Plaza de Nueva York, por haber obtenido más de dos mil millones de dólares a través de una emisión ilegal de bonos
En China, la conocida empresa Avon se dedicó a corromper a oficiales para obtener permisos para la venta de sus productos de casa en casa. Los actos de corrupción consistían en invitarlos a conferencias de prensa y reuniones en diferentes lugares de descanso en el país a cambio de los permisos. Los primeros en descubrir estos hechos fueron los estadunidenses y la empresa trató de arreglar todo aceptando pagar 12 millones de dólares, lo cual fue rechazado. Supuestamente la cuenta ya va por los 132 millones y no han terminado las negociaciones; todavía falta que las autoridades chinas hagan su investigación y procedan.
Es un caso parecido al de Walmart en México, quien ya empezó a pagar en Estados Unidos, en cambio aquí, hasta donde sabemos todavía no se ha procedido en contra de nadie ni se le ha fincado multa alguna a la empresa.
Así, podríamos seguir comentando casos de Indonesia, Gran Bretaña, Suiza, España, etcétera. La realidad es que a pesar de las sanciones y las multas sigue siendo rentable el corromper. Es otra de las leyes del mercado neoliberal.